Miguel Torrecilla, director deportivo del
Betis,
está a expensas de salir de Heliópolis para firmar por el
Sporting de Gijón. Según informa
El Comercio, el todavía dirigente verdiblanco debe llegar antes a un acuerdo económico por la directiva bética, pues le restan tres años de contrato, para luego empezar un nuevo proyecto en El Molinón, con el que ya tendría todo acordado
No en vano, esta misma mañana el club sportinguista ha anuncidado el cese del director deportivo del club,
Nico Rodríguez, tras dos temporadas en las que su labor ha sido muy cuestionada y que ha culminado con el descenso del equipo a
Segunda división.
La marcha de
Nico Rodríguez estaba decidida desde hace semanas pero el consejo de administración retrasó la comunicación oficial a la espera de poder anunciar simultáneamente su sustituto, pero las negociaciones con varios candidatos no han fructificado por lo que no han querido retrasar más el anuncio.
En una escueta nota que aparece en la web del club se indica que "en el día de hoy se le ha comunicado al director deportivo
Nicolás Rodríguez que la entidad ha decidido dar por concluida la relación contractual que mantenían ambos".
La nota añade que "el consejo de administración del Real Sporting de Gijón SAD quiere agradecer a
Nicolás Rodríguez la labor desempeñada durante estas dos temporadas deportivas, deseándole obtenga en el futuro los mayores éxitos profesionales y personales posibles".
Nico Rodríguez llegó al Sporting hace dos temporadas procedente de
Las Palmas en una situación en la que el club gijonés estaba sancionado debido a las deudas que mantenía y no podía fichar, por lo que su labor se limitó a conseguir algunas cesiones.
Esta última temporada y ya libre de sanción,
Nico Rodríguez incorporó al Sporting nada menos que 16 jugadores, pero la temporada ha sido un fracaso, ya que prácticamente ninguno de ellos ofreció el nivel esperado.
Esta mala planificación ha pasado factura al director deportivo, al que buena parte de la afición hace responsable del descenso, si bien la mayor parte de las críticas recaen sobre la familia Fernández, José y Javier, máximo accionista y presidente del club, respectivamente.
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