El Betis de Víctor Sánchez del Amo plantará cara hoy, en el RCD Stadium de Cornellà, a un
Espanyol que tiene Europa entre ceja y ceja, habiéndose generado desde el propio club una corriente de opinión de que siendo novenos, y con diez jornadas por disputarse aún, tienen
claras opciones de colarse en este final de temporada entre los
puestos con derecho a competición europea la próxima temporada, teniendo en cuenta, además, que la séptima plaza podría dar acceso a ello, siempre y cuando el Alavés (como la lógica invita a pensar) no le gane la Copa del Rey al Barcelona. Y el primero en sufrirlo será el Betis, que tendrá enfrente a un Espanyol dirigido por
Quique Sánchez Flores que, en su primera temporada como perico, ha sabido adaptarse a las adversidades en forma de lesiones que le han ido viniendo. Así, su innegociable 4-4-2 con un doble pivote ha mutado a veces, también, al 4-2-3-1 y hasta al 4-1-4-1 en alguna que otra ocasión, aunque en menor medida.
Un proyecto, el perico, que ha ido de menos a más a lo largo de la temporada, mostrándose
verde y débil en defensa durante gran parte del inicio de la misma, hasta el punto de haberse fortalecido bastante atrás, sobre lo que suele sustentar su fútbol, amén del olfato de
Gerard Moreno. Eso sí, Quique no podrá contar hoy con
Marc Roca, quien causó baja con el filial el pasado fin de semana, a la vez que tendrá que decantarse entre si utilizar, o no, a
Hernán Pérez,
Diego Reyes y
Caicedo, que llegan cansados de sus compromisos internacionales. Un once, por tanto, con cambios con respecto al último, pero
colmado de ilusión por alcanzar Europa.