Antonio José Medina5 min lecturaEspaña dice adiós al Mundial de Balonmano Masculino 2025 antes de lo que esperaba. Ante Portugal, una selección con la que sólo había perdido un partido oficial en toda su historia, el conjunto que entrena Jordi Ribera ofreció su peor versión y cayó con un resultado más contundente (29-35) de lo que merecía, pero que se ajusta a la desesperación que se pudo ver en el tramo final del partido.
Los problemas ya eran conocidos y los había dejado claros el propio técnico español. Estaban en ataque. Dos apagones, uno especialmente doloroso en la segunda mitad, y el querer solucionar la papeleta de forma individual en los últimos minutos acabaron con las opciones de una España a la que le sobra el partido del domingo ante Brasil.
España comenzó el partido con las ideas muy claras, frenando la capacidad ofensiva de Portugal y encontrando espacios en la defensa lusa, lo que le permitió, salvo en un instante de la primera mitad, llevar siempre la iniciativa durante la primera parte.
Tarrafeta, Garciandia y Casado hacían estragos con sus lanzamientos exteriores, mientras que los lusos echaban en falta una mayor participación de los hermanos Costa y se apoyaban, sobre todo, en un Salvador Salvador que cuajó una gran primera mitad.
Con la única ventaja lusa (6-7 a los 12 minutos) llego la reacción fulgurante de una España que vivió sus mejores minutos, con Sergey Hernández parándolo todo y el ataque funcionando con fluidez. Pasaron casi siete minutos hasta que los lusos volvieron a anotar, pero a esas alturas perdían por cuatro goles (12-8).
Los Hispanos mantuvieron esa ventaja hasta que una exclusión un poco absurda de Dani Fernández igualó la contienda. Portugal la aprovechó, se puso a un gol y llegó a igualar en el tramo final de la primera parte, que acabó con ventaja para España gracias a un tanto final de Ferran Solé.
Dos goles de Alex Dujshebaev en el arranque de la primera mitad se las hacían prometer muy felices a los Hispanos. Fue la última vez. Javi Rodríguez,d esde los siete metros, ponía el 19-16 para el equipo de Jordi Ribera. No anotaría hasta diez minutos más tarde y, a esas alturas, ya mandaban los lusos por tres y Kiko Costa -autor de cinco de los seis goles lusos en ese tiempo- había cogido confianza para acabar él solo con todo un equipo rival.
España ya nunca volvió a coger la delantera. Muy precipitada en ataque, con muchos errores, se desesperaba cuando veía que por fin podía marcar y Kiko Costa se encargaba de devolverles la diferencia a los suyos.
Ante una España cada vez más desesperada apareció Marques, meta luso, para marcarse una segunda mitad espectacular y acabar con las pocas ilusiones que les quedaban a sus vecinos. Adiós al Mundial de los Hispanos por la puerta de atrás.
España: Sergey Hernández; Solé (2), Garciandia (3), Sánchez-Migallón, Barrufet (3), Casado (5) y Tarrafeta (3) -equipo inicial- Pérez de Vargas (ps), Alex Dujshebaev (4), Petar Cikusa, Serdio (2), Dani Dujshebaev, Carlos Álvarez, Dani Fernández (6, 5p), Djordje Cikusa y Javi Rodríguez (1)
Portugal: Capdeville; Areia (3p), Kiko Costa (8), Rui Silva (2), Martim Costa (3), Fernandes (2) y Frade (1) -equipo inicial- Marques (ps), Portela (1), Iturriza (4), Branquinho (1), Salvador Salvador (6), Sousa, Joao Gomes (2), Oliveira y Magalhaes (2)
Marcador cada cinco minutos: 3-2, 6-6, 8-8, 12-9, 14-13 y 16-15 (Descanso) 19-18, 19-21, 21-22, 23-25, 25-30 y 29-35 (Final)
Árbitros: Nachevski y Nikolov (MKD). Excluyeron dos minutos a Barrufet (2), Garciandia, Dani Fernández, Casado y Sánchez-Migallón por España; y a Iturriza (2), Kiko Costa y Magalhaes por Portugal.