Alvaro Arenillas4 min lecturaQuedan pocas fechas para que la NBA comience y aunque el balón debería ser el que mandase sobre todas las cosas, aún queda un asunto que sigue coleando en la NBA de un modo que puede provocar un auténtico terremoto que termine repercutiendo en el devenir del curso. Sí, hablamos de James Harden y de su relación en calma tensa con los Philadelphia 76ers.
Después de que hace semanas quedase solucionado el asunto de Damian Lillard, quien pidió el traspaso y terminó saliendo a Milwaukee Bucks, Harden se ha quedado como la única estrella 'rebelde' de la Liga. La Barba, lejos de mostrar falta de profesionalidad, terminó acudiendo al training camp de los Sixers para preparar el curso 2023-24. Su entrenador, Nick Nurse, dijo que le veía bien y centrado. Sus compañeros, por voz de Tyrese Maxey, incluso llegó a insinuar que esperaba que se quedase con ellos pese a que pidió salir a principios de verano. Pues bien, Harden ha echado todo eso por tierra al confirmar que nada ha cambiado y que su relación con el general manager de la organización de Pensilvania, Daryl Morey, está simplemente rota.
"Esto es exactamente igual que en la vida. Cuando pierdes la confianza en alguien, es como un matrimonio. Yo quería retirarme como Sixer, pero la directiva no tenía eso en sus planes futuros. Es algo que está fuera de mi control. No quería que pasara esto ni estar en esta posición, pero tuve que tomar una decisión por mi familia", comenta a Shams Charania de The Athletic al ser preguntado por si se había arreglado el problema que le llevó a pedir su salida del equipo.
Ahora solo queda esperar. Harden se presentó a los entrenamientos porque sabía que en caso contrario se exponía a una serie de multas económicas por parte de la NBA. Sin embargo, aún está por ver que vaya a jugar con el equipo. Por ahora van dos amistosos en los que no se ha vestido, y de cara a la regular season podría optar por no saltar igualmente a la cancha. Llegados a ese punto, puede que el comisionado de la competición estadounidense, Adam Silver, tomase cartas en el asunto.
Más allá del presente, Harden ya se ha hecho famoso por repetir esta jugada en varias ocasiones. Pidió el traspaso en Houston, lo hizo de nuevo en Brooklyn y ahora hace lo propio en Philadelphia. Por lo que sea, sus últimos cursos están más marcados por estos factores que por el baloncesto. En cuanto a su futuro, solo los Clippers parecen interesados en hacerse con sus servicios, y pagando un precio que los 76ers no aceptan. Sobre esto, Adrian Wojnarowski de ESPN explicó que por ahora la situación está bajo control, pero que Harden podría explotar en cualquier momento y convertirse en un problema tanto para los 76ers como para la propia NBA, donde ya 'tiemblan' al ver lo que se les puede venir encima. Además, el terremoto del MVP de 2018 también puede tener repercusiones a nivel deportivo, ya que su cambio de equipo puede provocar que varios equipos cambien enormemente su fisonomía. Solo queda esperar.