La última jornada de la Liga regular de la Euroliga dejó emociones fuertes. Con el Madrid ya seguro y sin saber su rival hasta dentro de una semana y el Barça cuarto esperando 'enemigo', el mayor interés estaba puesto en el duelo que Virtus Bolonia y Baskonia dirimían en Italia.
Había mucho en juego porque el que ganara sería octavo y tendría dos oportunidades para disputar el 'play off', mientras que el que perdiera acabaría décimo y tendría que ganar en el 'play in', por dos veces, a domicilio, para cruzarse luego con el Real Madrid en cuartos de final.
El equipo de Ivanovic estuvo por debajo gran parte del partido, pero, con una sólida segunda mitad, logró darle la vuelta al encuentro y acabó venciendo por 91-95, por lo que se medirá al Maccabi, en Belgrado y a puerta cerrada, por ser el séptimo clasificado. De ganar, se enfrentaría al Panathinaikos. De perder, aún jugaría en Vitoria con el ganador del duelo entre el Efes turco y la Virtus para ser el rival del Real Madrid, en este caso.
Markus Howard, inicialmente en el banquillo, se marcó otro partidazo desde el punto de vista ofensivo y se fue hasta los 34 puntos. Junto a él, Miller-McIntyre (16), Marinkovic (17) y Moneke (12) completaron una alternativa a la que el Bolonia sólo pudo oponer los 18 puntos de Lundberg y los 15 de Belinelli.
La Virtus fue clara dominadora hasta el descanso y tuvo ventajas por encima de los diez puntos. Howard, con ocho puntos consecutivos a la vuelta de vestuarios, devolvió el equilibrio al partido y el Baskonia, poco a poco, fue cogiendo la iniciativa. En el último cuarto, pese a que no logró despegarse, siempre fue por delante y se llevó un triunfo que vale oro.
El otro punto de interés estaba en otro duelo directo, en este caso por la quinta plaza. Fenerbahçe y Olympiacos se jugaban en Atenas ser el rival del Barça o del Mónaco. El vencedor le tocaría vérselas con los blaugranas y al perdedor, con los galos. Tras un duelo intenso y una prórroga, los griegos se impusieron (84-81) y se enfrentarán otra vez al Barça en un duelo que no trae grandes recuerdos en las filas blaugranas.
"Seguro que será durísima -la eliminatoria-, como cualquiera de las otras que habrá. Ya hemos visto durante toda la temporada el nivel de la Euroliga. Un rival con jugadores muy físicos, con mucha calidad y experiencia. Será difícil, pero nos hemos ganado el derecho de empezarla en el Palau", señalaba Roger Grimau, técnico del Barça, tras conocer su emparejamiento.
El Barça se había despedido con derrota ante el ASVEL Villeurbanne (76-72), en un partido que, tras los resultados del jueves, ya no tenía trascendencia. La vista estaba puesta en Atenas y en el rival que podía tocar en suerte.
Menos interés si cabe tenía el partido entre el Valencia Basket y el Partizan, pues los dos estaban ya eliminados. Los serbios, que llegaron a este última jornada con opciones, las habían perdido todas antes de empezar su partido. Los levantinos lo hicieron antes, la pasada semana.
Al menos, al Partizan le quedará el consuelo de haber despedido la Euroliga 23-24 con un triunfo (79-66) que les deja undécimos con 16 victorias y 18 derrotas. Dos puestos más atrás ha acabado un Valencia que durante toda la temporada estuvo en la pelea, pero que acabó desinflándose al final.