Alberto Gálvez3 min lecturaCambio de líder en la Liga Endesa gracias a un Bàsquet Girona que ha confirmado este sábado su resurrección bajo la batuta de Moncho Fernández venciendo al Unicaja por un trabajado 91-85 en Fontajau. Un triunfo que le permite escapar de las posiciones de descenso y que rompe la racha de seis victorias consecutivas del equipo malagueño.
El cuadro catalán abrió la segunda vuelta y conquistó su cuarta victoria en cinco partidos en este 2025 y su primera victoria ACB contra el cuadro andaluz, en una exhibición coral capitaneada por Durham (22 puntos y 28 créditos de valoración) y Fjellerup y Marcos (15) que ratifica su mejoría exponencial y es un golpe sobre la mesa.
Mientras, el Valenca Basket fue todo un vendaval entre el final del segundo cuarto y el inicio del tercero, que se concretó en un parcial de 35-9, lo que le permitió darle la vuelta al encuentro con el BAXI Manresa, llevándose por delante al sólido equipo catalán en la Fonteta (112-96).
El conjunto de Diego Ocampo, pese a algunas dudas iniciales, supo plantar cara al conjunto valenciano en los dos primeros cuartos y, de hecho, mandaba por seis puntos a poco del descanso. Pero la conexión entre Stefan Jovic y Matt Costello rescató a los locales antes de irse a los vestuarios y, al volver, la buena dirección de Chris Jones y el despliegue de Jaime Pradilla llevó la renta local a los veinte puntos y al Manresa ya no le dio para forzar un final apretado.
Por otro lado, el Joventut Badalona venció al Covirán Granada por 96-82 tras un espectacular último cuarto de los badaloneses, con 29 puntos anotados, para mantenerse en la zona alta de la tabla en la Liga Endesa. El pívot ucraniano Artem Pustovyi, con 19 puntos y 6 rebotes capturados, fue el jugador más destacado del encuentro.
Por último, el Río Breogán sumó un triunfo vital para distanciarse de la zona de descenso al derrotar con mucho sufrimiento al Surne Bilbao Basket (76-71), en un partido que se decidió en los últimos instantes por el mayor acierto del conjunto gallego.
Pese a que la primera canasta del encuentro se produjo a los tres minutos de juego, la final de la Copa de España no defraudó. El San Pablo Burgos se coronó campeón tras imponerse con contundencia al Obradoiro (69-97) en una final que comenzó igualada pero terminó siendo un auténtico monólogo del equipo burgalés, con un Corbalán estelar y un despliegue colectivo que terminó dejando sin opciones a su rival.