Este martes es un gran día para el tenis español, pues en el Open de Australia sus referencias masculina y femenino, Carlos Alcaraz y Paula Badosa se van a jugar un puesto en las semifinales del primer grande del año. En el caso del murciano ante Novak Djokovic en el duelo más esperado, pero en el caso de la jugadora catalana su reto también va a ser mayúsculo, pues enfrente va a tener a la tercera raqueta de la WTA, Coco Gauff, quien le va a poner las cosas muy difíciles. No obstante, la de Begur tiene un as en la manga que puede sacar en la mañana de Melbourne.
El encargado de sacarla a la luz ha sido su entrenador, Pol Toledo, que tiene clara la forma de motivar a Badosa para sacar su máximo nivel y que tiene que ver con el estado mental de la jugadora: "Prefiero que saque la personalidad que tiene en pista y que no la guarde. Quiero que grite, que conecte con el público, que se cabree. Hay muchas veces que la provoco para que se cabree conmigo porque cuando grita y se cabrea es otra jugadora y es algo que necesita".
Y parece que le funciona, pues en el país 'aussie' las cosas le están yendo muy bien, lo que le ha servido para volver de forma virtual al top 10 de la WTA, un puesto que puede seguir mejorando si no deja de pasar rondas. No obstante, ha conseguido darle la vuelta a una situación complicada, puesto que en los primeros meses del año encadenó derrotas en Brisbane y Adelaida, pero todo ha mejorado esta semana, en la que solo ha perdido un set ante Marta Kostyuk en tercera ronda.
Pero ahora es el momento de ir un paso más allá y medirse a una de las grandes estrellas del tenis femenino mundial, la joven Gauff, ganadora del US Open 2023 y más recientemente de las WTA Finals hace unos meses, que el domingo tuvo que remontar a Belinda Bencic en octavos, pero está sacando su mejor tenis, pero ahora le viene el verdadero reto con la 11ª favorita.
Las dos se han enfrentado en 6 ocasiones, con tres triunfos para cada una, aunque las dos últimas han caído del lado de la de Atlanta, en las semifinales del WTA 1000 de Pekín del año pasado, donde remontó tras el primer set de Badosa, el mismo resultado que en Roma 2024, aunque en ese momento Paula seguía muy tocada por sus problemas en la espalda.