Que los circuitos de tenis masculino y femenino coincidan no es lo más habitual, de hecho solo sucede en los grandes torneos, aunque con el nuevo formato de Masters 1000 de dos semanas, cada vez es más común. El Mutua Madrid Open, considerado como uno de los mejores eventos de esta segunda categoría del tenis lo tiene desde hace años, por eso se dan cita en la capital española todos los grandes de WTA y ATP, pero la campeona de 2023, Aryna Sabalenka, tiene claro que hacer si tiene que elegir entre ver partidos de uno u otro género.
"Prefiero ver tenis masculino que femenino, creo que es más lógico y más interesante de ver" así de sincera era la bielorrusa en el 'media day' de la cita madrileña, aunque no ha tardado en recular y explicar el motivo de esta preferencia. "He jugado mucho contra ellas y, cuando vuelva a hacerlo, seguro que mi entrenador me pone sus partidos otra vez". Parece que no le ha ido mal hasta ahora a la número 2 del mundo siguiendo esta estrategia, ya que por ahora ha logrado dos Grand Slams a sus 25 años, y aquí en Madrid busca revalidar corona en una pista que se adapta a la perfección a su agresivo juego.
Ya ha demostrado que puede hacerlo muy bien en la Caja Mágica y el principal motivo es la situación de la ciudad, que a más de 600 metros sobre el nivel del mar, cambia mucho respecto al resto de torneos de arcilla, lo que beneficia a otro pito de jugadores. "La altitud ayuda, porque la bola va más rápida y más alta y esto definitivamente casa bien con mi juego". Precisamente ese juego que no para de mejorar año tras año, añadiéndole armas que la colocan en la cima del circuito. Y el serecto no es otro que el sacrificio. "Todo es cuestión de trabajo, de saber cuánto estás dispuesta a hacer para llegar".
También se acordó de Paula Badosa, una de sus mejores amigas desde hace años en el circuito WTA, y con quién ha coincido últimamente en malos momentos. Primero en Miami, donde se enfrentaron tras el fallecimiento del exnovio de la Minsk y después en Stuttgart, donde la española tuvo que retirarse lesionada. La bielorrusa espera que vuelva a lo más alto, a la vez que que se siente "muy afortunada" de no tener que enfrentarse a ella en Madrid. Y es normal, porque en la ciudad teutona la puso contra las cuerdas antes que tener que decir basta.