El ATP Montreal 2024 ha dejado algunas sorpresas, como el triunfo en la final de Alexey Popyrin frente a Andrey Rublev, que era el gran favorito en un cartel con grandes ausencias por culpa de los Juegos Olímpicos de París. Pero también una cierta mejoría en cuanto al estado emocional del tenista ruso, quien se marchó contento por haber manejado sus nervios y su ira en todo el campeonato. Eso sí, en el último partido y con el título en juego volvió a mostrar lo peor de su carácter.
"Es una semana muy buena y positiva, es un gran paso hacia delante, estoy muy orgulloso de mí mismo por haber estado tan bien mentalmente a lo largo de la semana, incluso hoy en la final. En comparación con hace un par de meses, en Montecarlo, cuando estaba perdiendo, mi comportamiento se multiplicaba por diez, y era solamente la primera ronda. Aquí era la final, mucha más presión. Sí, aun así he mostrado algunas emociones hoy, pero en comparación con otras ocasiones, he mejorado mucho. Por eso he tenido una pequeña oportunidad en el segundo parcial, pero no ha sido mi momento, no estaba preparado para aprovecharla", ha reconocido el moscovita.
Sobre su último cruce de cables ha sido sincero: "No he podido controlarme, no tenía nada que ver si era favorito o no. Se trata de que sentía que venía jugando bien, que me merecía llegar lejos a lo largo de la semana, y luego lo arruino yo mismo. Es un problema de confianza, un problema de emociones. Creo que he mejorado notablemente a nivel emocional, pero aún tengo que aprender de estas cosas. Sé qué lección me llevo de este partido para seguir adelante. Esta semana nadie se esperaba que llegara a la final, y lo hemos conseguido. Estoy de vuelta en un buen lugar en cuanto a la clasificación. Quiero centrarme, seguir mejorando todos esos errores. Prefiero perder una final cada semana que jugar una final cada cierto tiempo".
Por último, ha analizado la final y el nivel de su rival: "Alexei ha jugado un tenis increíble. Yo no he sacado bien, no he empezado de la mejor forma, lo que te hace pensar muchas cosas. Él ha ganado confianza, ha jugado muy bien en los momentos importantes. Cuando he conseguido tranquilizarme y simplemente jugar tenis, he conseguido recuperar la rotura. Ahí tuve mis opciones. Cometí errores y él me rompió enseguida. La diferencia con los jugadores top es que, cuando están sufriendo, aprovechan sus oportunidades. Yo no he podido, es así de simple".