Francisco Salas3 min lecturaCada vez está más cerca el inicio de la temporada tenística, pues en apenas dos semana tendrá lugar el torneo de Brisbane, que es el que va a poner el punto de partida a la competición en el 2025. Pero queda un poco más para el primer gran momento importante, el Open de Australia, que va a tener lugar desde el 12 hasta el 26 de enero. El primer Grand Slam de la campaña será la primera prueba dura para saber si el final del año de Jannik Sinner, actual campeón en Melbourne, es sostenible en el tiempo. Sin embargo, esta vez hay un rival que tiene muchas ganas de hacérselo pasar mal, como es Nick Kyrgios.
El tenista australiano lleva más de un año y medio lejos de las pistas, pero ha decidido salir del ostracismo y volver para jugar algunos torneos, siendo los primeros estos mencionados. Pese a que no se le ha visto raqueta en mano, ha sido una cara muy común del circuito, especialmente en lo que se refiere a dos cosas, por un lado los medios, pues ha estado comentando gran parte de los eventos principales. Y por otro, las redes, pues en ellas ha comentado todo lo que ha acontecido en lo referente a la actualidad.
Kyrgios no se ha cortado lo más mínimo en estos últimos meses en los que han saltado muchas noticias sobre el dopaje entre los 'capos' de ATP y WTA. Y en el caso de Sinner ha sido uno de los más activos criticándolo. No se cree la teoría de la contaminación accidental por clostebol, y quiere demostrárselo en la pista. Por eso mismo ha confirmado en el podcast 'Nothing Major Podcast' que en el caso de que el sorteo depare un cruce entre él y el número 1 del mundo, Melbourne se va a convertir en un infierno para el italiano. “Haría que todos los presentes se le echaran encima y se convirtiera en un auténtico caos. Todo respeto desaparecería y haría cualquier cosa para ganar”.
No han sido pocas las veces que se ha metido de lleno en la actualidad por sus declaraciones, muchas veces atacando a los mejores, pero esta vez se puede intuir que habla con conocimiento de causa y totalmente enserio, ya que la cruzada antidopaje que comandó Kyrgios es muy seria y una oportunidad como esa de demostrárselo a Sinner, le daría alas. Aunque eso sí, después de tanto tiempo sin jugar no se puede ser excesivamente optimista con su futuro.