Lo de Andrey Rublev ya es cosa seria y el circuito ATP comienza a plantearse tomar cartas en el asunto con él. Porque es evidente que el tenista ruso no está atravesando su mejor momento psicológico esta temporada y que los expertos tampoco le están ayudando mucho.
Perdió los nervios en Roland Garros, donde, siendo el sexto favorito, cayó en tercera ronda ante el joven italiano Matteo Arnaldi. Y tras su eliminación en tierras galas, el ruso hizo autocrítica y fue muy duro consigo mismo: "Estoy completamente decepcionado por la forma en la que he jugado. El comportamiento, creo que es el peor que he tenido en un Grand Slam. Es la primera vez que me comporto tan mal. Mis resultados estaban siendo buenos, pero el problema ha estado en la mente. Creo que me he matado a mi mismo. Hay momentos en los que es difícil ser indulgente conmigo mismo, de cuidarme. No sé si lo podré hacer algún día".
Y tras estas duras palabras, en Wimbledon lo volvió a hacer. Cayó en primera ronda del Gran Slam británico frente al argentino Francisco Comesaña y dejó una escena impropia de dicha cita que volvería a dejar claro que necesitaba un especialista para controlar su genio en la pista. Se autolesionó golpeándose hasta en siete ocasiones con la raqueta. Y lo peor, se justificó de lo que hizo: "No lo habría hecho si pudiera golpear la raqueta contra el suelo, pero no se nos permite golpear la hierba de ninguna de las maneras. No sé por qué hice eso en ese momento, no podía soportarlo más, necesitaba dejar salir mis emociones. Por suerte, todo está bien ahora, una vez más tuve un poco de suerte. Ahora quiero centrarme en mejorarme a mí mismo, pero sé que esto se trata de un proceso y lleva su tiempo”.
Pero lo peor estaba por llegar y ha ocurrido en tierras parisinas. El argentino Francisco Cerúndolo le ha ganado en la segunda ronda del Masters 1000 de París en un partido que ya está dando la vuelta al mundo. Y no precisamente por el juego que desarrollaron ambos en los dos sets (7-6 (6) y 7-6 (5)), sino porque Rublev la ha vuelto a pagar con su rodilla en plena pista hasta terminar haciéndose sangre.
Ahora, con esta derrota, el ruso ve comprometida sus opciones de clasificación para el Masters de Turín, que reúne a los ocho mejores del año. Pero no se descarta que, aún clasificándose, los organizadores le inviten a tomarse un descanso hasta que recupere un estado mental óptimo para él y ejemplar para los muchos menores que le observan.
Actualmente aparece como octavo en la Race, puesto que le daría la clasificación a Turín, pero por si Alex de Miñaur o Grigor Dimitrov le adelantan, Rublev ha pedido que le dejen participar en el torneo ATP de Metz, que da comienzo la semana que viene, con el firme objetivo de sumar 250 puntos más.