"Me conozco perfectamente, no quiero pecar de arrogante, pero sé que si estoy bien física y mentalmente, soy capaz de ganar el Golden Slam. También sonaba irreal ganar tres títulos de Grand Slam este año", señalaba Novak Djokovic en Málaga, cuando tenía pendiente acabar la temporada 2023 con un posible título con Serbia en la Copa Davis.
Jannik Sinner lo impidió en una semifinal en la que el número uno del mundo tuvo bolas de partido que el italiano levantó para ganar aquel choque. Y, a continuación, Italia también ganó el desempate en el partido de dobles dejando un mal sabor en el final de campaña del serbio. El joven jugador transalpino también le hizo hincar la rodilla por primera vez en un Open de Australia habiendo llegado a las semifinales. En las diez ocasiones anteriores, Djokovic se había marchado con el trofeo. Y, entre medias, tampoco había podido sumar para su país una United Cup que no tenía en su palmarés, en la que se lesionó la muñeca ante la República Checa y lo pagó frente a Australia. Y quien sabe si también en Melbourne...
"Durante todo el torneo no he estado ni cerca de mi mejor nivel (...) me sorprendió mi nivel de hoy porque no lo esperaba tan malo como en los dos primeros sets, no me sentí yo mismo en la pista. Es uno de los peores partidos de Grand Slam que he jugado, al menos que yo recuerde. Ha sido una sensación muy desagradable jugar de esta manera...", indicaba Djokovic tras caer con Sinner en semifinales en el Open de Australia.
Con esa derrota, el Golden Slam se esfumaba. Pero aún quedaba otro palo. Djokovic se iba a desconectar y relajarse a Andalucía, esperando que sus compañeros sacaran adelante, en Copa Davis, el compromiso que tenían pendiente en casa -se jugó en el Sport Hall Ibar Kraljevo- ante Eslovaquia. Eran favoritos y eso le habría permitido, como en 2023, incorporarse y echar una mano a partir de la fase de grupos 'semifinal'. Serbia perdió de forma contundente (0-4) y dejó a Djokovic sin otro objetivo para este año.
Su seleccionador, Victor Troicki, fue el que desveló que estaba descansando en su casa de Marbella. Y, en cierto modo, el que definió por qué es el único tenista del Top-10 que había renunciado a jugar todos los torneos del mes de febrero.
Sin embargo, reaparecerá en uno que no juega desde 2019 y que ya ha anunciado su presencia a bombo y platillo: Indian Wells. Y no sólo la suya, sino también la de un Rafa Nadal que también está inscrito, pero que antes tiene una cita en Doha dentro de dos semanas.
Nole volverá a jugar en el desierto de California un Master 1.000 que ha ganado en cinco ocasiones, pero en el que no pasa de cuarta ronda desde hace ocho años y no juega en los cinco últimos, algunos de ellos por su negativa a vacunarse.
“Tengo el compromiso conmigo de darlo todo este año, siendo mi prioridad de los Grand Slams y los Juegos Olímpicos”, avisó. Aunque el revés inicial e inesperado tal vez le hayan hecho redefinir objetivos y atacar los Masters 1.000 norteamericanos a los que no echaba muchas cuentas desde 2016.