Francisco Salas4 min lecturaCarlos Alcaraz es el rey del tenis mundial, y sí, se puede decir con la boca muy grande, porque lo que ha conseguido hoy en Londres demuestra exactamente eso; el murciano ha arrasado al mejor jugador de la historia, Novak Djokovic, y es por segundo año ganador de Wimbledon. Mientras el año pasado lo pasó muy mal para vencer en cinco sets, hoy ha sido otra historia. Aprovechando que el serbio llegaba mermado tras haber pasado por el quirófano hace poco más de un mes, ha atacado sus debilidades, y en poco más de dos horas y tres sets, se ha alzando con el cuarto Grand Slam de su carrera, el segundo en algo más de un mes.
El primer juego de la final se alargó catorce minutos, haciendo pensar que lo que venía por delante era una batalla al estilo de la de hace doce meses; pero Alcaraz, como si tuviera prisa por ver a España en la final de la Eurocopa, tenía otros planes. En ese inicio necesitó un cuarto de hora y cinco bolas de 'break' para romper por primera vez el servicio del serbio, pero a partir de ahí no frenó. Con un espectáculo de dejadas, contradejadas, contraataques y dominio, Alcaraz siempre iba un paso por delante, y así se llevó cómodamente el primer set. Y puso rumbo al segundo, pues arrancó con una rotura. Desde ese moemnto Alcaraz no bajó el pistón, y aunque en el cuarto juego Nole tuvo una bola de break, Charly la salvó con un saque a la T demoledor, solo uno de las decenas que encontró a ese punto. De camino amplió su ventaja y se colocó a una sola manga del triunfo.
Con 6-2 y 6-2, Novak miraba al cielo, extenuado, y pidiendo una ayuda divina, en busca de lo que hizo en Roland Garros 2021, remontar dos sets en una final de Grand Slam; pero esta vez enfrente estaba un campeón de Grand Slam, número uno y dominador del presente y futuro de este deporte. Aun así, Djokovic rozó la reacción. En el sexto juego del tercer set, dispuso de una bola de rotura que hacía horas que no disfrutaba, pero Alcaraz la salvó con un servicio casi ganador, y después desactivó cuatro iguales en su momento de más apuro.
Lo que le costó a Alcaraz fue cerrar el partido, a le pasó por la cabeza el fantasma de Roger Federer en esta pista en 2019, cuando le pudo la presión. El murciano se puso 40-0 con su saque, tres puntos de partido. En un festival de golpes a la red y errores, y un inoportuno grito de un aficionado, Alcaraz perdió los cinco puntos siguientes. Se metió en un jardín del que pocos salen, en el que muchos se hunden. Habiendo acostumbrado a sus seguidores a dosis de sufrimiento durante todo el torneo, la final no fue excepción.
El tercer set, que de haberse perdido hubiera supuesto una brecha importantísima, se fue hasta el 'tie break' y ahí Alcaraz demostró que, pese a los nervios, sigue siendo el mejor. Con 5-4 arriba en el desempate, a dos puntos de la victoria, Alcaraz rompió a Djokovic con una dejada primero y no dejó que los nervios le atenazaran con el quinto punto de partido. El resto al segundo saque se quedó en la red y Alcaraz tiró la raqueta y se dispuso a celebrarlo.