Esta vez su ruptura no tiene nada que ver con su vida sentimental en la que, afortunadamente para él y Badosa, parece haber encontrado la calma. Ahora, tiene que ver con su carrera profesional, donde Stefanos Tsitsipas ha sufrido un nuevo revés deportivo.
Y se lo ha dado el que hasta hace unos días era su preparador físico, Christos Fiotakis, quien ha realizado unas declaraciones muy duras explicando los motivos de su adiós. Lo ha hecho en SDNA y seguramente no hayan sentado nada bien al tenista griego y a su entorno: "Espero que en algún momento entienda que lo que le digo es correcto y que suba al escalón más alto del podio. No estoy contento con la ética de trabajo de Stefanos. Más allá de eso, hay cosas que escapan a mi control".
Ahondando en la cuestión que le ha hecho separarse del deportista heleno, Fiotakis se ha sincerado del todo: "El ambiente en el equipo no se corresponde con mi energía y, por desgracia, tenemos otras prioridades. En este momento, no creo que su objetivo final sea jugar al tenis, llegar a lo más alto de la clasificación o ganar Grand Slams. Por eso no puedo viajar durante siete meses seguidos, con sólo 25 días en casa, cuando los objetivos no son altos y viajo sólo por viajar".
Cabe recordar que ya rompió hace unas semanas con el extenista australiano Mark Philippoussis, quien ejerció de entrenador suyo cuando decidió romper con su padre como técnico. Ahora, es de nuevo su progenitor quien le dirige y entrena tal y como ha confesado en unas declaraciones realizadas en Tennis TV: "Sentí que estaba fuera de ritmo. Mi colaboración con Mark se acabó. Mi padre siempre ha estado a mi lado, incluso cuando no estaba físicamente".
La figura del número 11 del mundo siempre está salpicada por noticias como estas. Y el tenista griego lo deja claro: "Nunca que he tenido la intención de cambiar o apartar a mi padre. La gente siempre está creando rumores o intentando destruir lo que tienes con alguien tan cercano a ti. De alguna manera, él es alguien a quien no puedo apartar".
Sobre la despedida de su ya exentrenador australiano, también ha sido tajante: "Ya no es parte del equipo. Quería intentarlo con un entrenador y ver cómo sería trabajar sin sentir la presencia de mi padre, y sentí que estaba perdiendo parte de mi identidad como jugador. No fui capaz de adaptarme a los métodos de trabajo de Mark, a quien admiraba y me gustaba ver por televisión cuando era pequeño".