Pocos sevillistas han olvidado lo ocurrido en sevillana Calle San Fernando y, concretamente, en el
Hotel Alfonso XIII en agosto de 2007. Alli se gestó uno de los golpes más duros que ha sufrido por el
Sevilla FC en los últimos años.
Juande Ramos dirigía un equipo campeón, que había ganado cuatro títulos en trece meses y había aspirado a LaLiga -la famosa del penalti no pitado por Iturralde- hasta la última jornada. Pero el
Tottenham se cruzó en su camino y en esa noche aciaga cerró su marcha al fútbol inglés, algo que llegaría dos meses después.
El Sevilla aún ganaría otro título 48 horas después de aquella reunión, con una exhibición en el Bernabéu (3-5). Pero pocos días más tarde sucedió la triste muerte de
Antonio Puerta tras la primera jornada de Liga, el equipo lo acusó en el arranque liguero y, finalmente, Juande Ramos acabaría yéndose a finales de octubre, siendo sustituido por Manolo Jiménez.
Aquel equipo aún conseguiría meterse en Champions al año siguiente e, incluso, ganar la Copa en 2010, pero fue bajando de forma paulatina su nivel hasta que en 2013 empezó su resurgir.
La cuestión es que el Tottenham vuelve por sus fueros y se ha fijado en el Sevilla y, concretamente, en su entrenador, al que tiene en la lista de entrenadores que baraja para la próxima temporada. No es la primera opción, pero la sombra de Juande Ramos vuelve a estar ahí. Aunque tampoco las circunstancias actuales son iguales,
Julen Lopetegui no está en la misma situación del entrenador manchego y el Sevilla no teme que se repita aquella salida.
El técnico guipuzcoano
renovó hace poco hasta 2024, ha planificado la próxima temporada y aspira a alcanzar grandes logros con el equipo nervionense.