"Unos cuantos
egoístas están tratando de matar este maravilloso deporte", ha asegurado el presidente de la UEFA,
Aleksander Ceferin, muy crítico con los 12 clubes fundadores de este torneo elitista, a los que advierte de que va a mantenerse inflexible: "La Superliga quiere
privatizar el fútbol... pero estábamos listos. No sabíamos exactamente cuándo pasaría esto, pero ya estábamos preparados".
Del mismo modo, Ceferin se ha mostrado
agradecido con la solidaridad, comprensión y apoyo recibido por todos los estamentos del fútbol mundial,
especialmente de clubes como el Sevilla FC, a día de hoy el décimo en el ranking UEFA y con más títulos, finales y estatus europeos que muchos de los integrantes de la Superliga. "Ayer hablé con el presidente del Sevilla FC y compartimos exactamente la misma visión de futuro.
Gracias, José (Castro)", ha señalado.
En este sentido, también ha mostrado gratitud hacia Jean-Michael
Aulas, dirigente del
Olympique de Lyon, y para
Al Khelaifi, propietario del
PSG, que sonaba como uno de los posibles integrantes de la Superliga y que todo apunta a que seguirá el camino del
Bayern de Múnich y rechazará al grupo dirigido por
Florentino Pérez: "Gracias, Nasser, desde lo más profundo de mi corazón. Has demostrado que eres un gran hombre".
Florentino, presidente e ideólogo de la Superliga explicó que esta iniciativa nace "
para salvar el fútbol, en general, y poder seguir siendo solidarios con clubes más modestos"; pero
Ceferin no da credibilidad alguna a estas palabras del mandamás madridista, insiste en que intentará sancionar a sus integrantes y prohibirles participar en las competiciones de la UEFA y tiene muy claro que el
verdadero motivo de todo este lío, que ha hecho saltar por los aires el deporte con más seguidores del planeta,
es el dinero.
"Para algunos, los aficionados al fútbol se han convertido en meros clientes y las competiciones, en productos de mercado. Para algunos,
caer eliminados de la Champions ya no es un fracaso deportivo, sino un fracaso empresarial y ya
no quieren arriesgarse", manifestó, con contundencia, ofreciendo una última oportunidad a este G-12 para que dé marcha atrás en su órdago: "Tenéis tiempo para corregir vuestros errores. Todo el mundo tiene derecho a equivocarse".
Aitor Torvisco3 min lectura