Que
Monchi se puso a dar voces desde la grada totalmente fuera de sus casillas, es cierto. Que
Julen Lopetegui saltó como un resorte contra José
Bordalás y el banquillo del
Getafe cuando les vio protestar la roja a
Djené con
Ocampos retorciéndose de dolor en el césped, también es verdad. Sin embargo, a pesar de que desde el cuadro azulón se niegan a despojarse del
traje de víctima, aseguran que se les criminaliza
e incluso consideran
injusto el trato que han recibido desde el accidentado encuentro ante el
Sevilla FC, lo cierto es que
deberían estar agradecidos con la elegante actitud del cuadro nervionense.
El Getafe perdió (2-0) en la noche del lunes contra un
Real Madrid en cuadro y con sólo 13 jugadores del primer equipo y Bordalás
volvió a acordarse del Sevilla. Aseguró que salieron
"con miedo a lesionar a alguien", criticó incluso a su propio club por no defenderles de lo que considera un linchamiento excesivo y realizó una defensa a ultranza de Djené, a quien definió como
"un chico noble que intentó anticipar y se llevó el balón", que está
"atemorizado por los mensajes que recibe en redes sociales" y que pidió "abandonar la concentración azulona" de lo mal que se encuentra.
Bordalás dijo todo esto aún sobre el césped de Valdebebas y volvió a repetir su discurso en una ronda por la Cadena
Ser,
Cope y
Onda Cero. Antes, en la rueda de prensa previa a la visita al Real Madrid, también
lamentó que Lopetegui no le haya llamado para pedirle perdón. Lo que pasa por alto el polémico técnico -que ha tenido encontronazos con Setién, Marcelino y muchos compañeros más- es que la
actitud conciliadora del Sevilla FC le va a ahorrar algún que otro partido más sin Djené.
Si llega a denunciar ante Competición la terrorífica entrada del central y hubiese
adjuntado el parte médico de Ocampos, le habrían caído más de esos dos choques de castigo que le impusieron este miércoles.
Cabe recordar que, lo primero a tener en cuenta a la hora de valorar la sanción, era el acta arbitral elaborada por el colegiado valenciano Juan Martínez Munuera, quien describe la acción de la siguiente forma: "Dakonam Ortega, Djené, fue expulsado por el siguiente motivo: realizar una entrada con el pie en forma de plancha usando fuerza excesiva, impactando en el adversario, siendo dicha acción en la disputa del balón".
Atendiendo al acta, Competición, teniendo en cuenta que Ocampos tuvo que ser retirado en camilla, se amparó en el artículo 115 del reglamento de la RFEF, relativo al Juego peligroso: "Emplear juego peligroso causando daño que merme las facultades del ofendido, se sancionará con suspensión de uno a tres partidos o por tiempo de hasta un mes." Finalmente, lo dejó en dos.
Sin embargo, el Comité podría haber considerado la acción como
grave, lo que la llevaría hasta el
artículo 97: "
Producirse de manera violenta con un adversario, con ocasión del juego,
originando consecuencias dañosas o lesivas que sean consideradas como graves, por su propia naturaleza o por la inactividad que pudieran determinar, y siempre que no constituya falta de mayor entidad, se sancionará con suspensión
de cuatro a doce partidos".
Para ello -pues era improbable que Competición decidiese entrar de oficio-,
se antojaba imprescindible una denuncia de los hechos por parte del
Sevilla FC, con pruebas de vídeo e informes médicos. Los había, pero esta práctica es muy poco habitual en LaLiga y de inmediato fue
descartada por completo en las oficinas del Sánchez-Pizjuán a pesar de lo dolido que se ve a Bordalás con los nervionenses, que no han vuelto a decir nada de este asunto públicamente y, como resalta Monchi en ESTADIO,
han guardado silencio mientras el técnico de los madrileños intenta convencer al mundo de que las víctimas de toda esta historia son ellos.