Resulta complicado, visto el partido que hizo su equipo, qué pretendía el entrenador del
Sevilla FC con su planteamiento. Dijo tras el encuentro que su intención era "ganar", algo que
cuesta creer.
Julen Lopetegui se olvió de su principal seña de identidad, la de ir a morder muy alto, y
antepuso la idea de que Nabil Fekir no tocase mucho la pelota. Ante el conjunto más goleado de LaLiga y uno de los que más tantos ha encajado en toda Europa. En un derbi para el que se le daba como muy favorito.
Así las cosas, situó más en paralelo a
Nemanja Gudelj y Joan Jordán y dejó desconectados más arriba a Óliver, Ocampos, Suso y De Jong. El extremeño y el holandés pagaron el pato al descanso, pese a que no tener realmente mucha culpa. Ésta era, más bien, del plan. De un mal plan. Y hay un dato que lo dice todo: el equipo nervionense sacó un único saque de esquina en todo el partido y fue en el minuto 87.
Los
mapas de calor de cada conjunto dejan bien a las claras no sólo
el daño que causo Diego Lainez en la zona entre el central zurdo (
Diego Carlos) y el lateral zurdo (
Marcos Acuña) del Sevilla, sino también lo poquísimo que pisó el área rival el cuadro visitante. Suso lo hizo una vez y fue para mandar el balón al fondo de la red, eso sí. En un fallo de esos que llevan ya años condenando al Real Betis.
En el gráfico de posiciones intermedias se aprecial igualmente bien la de hombres que tuvo el Sevilla FC por detrás del balón y que la tocaron casi únicamente en su propio campo. O cómo
Óliver Torres, quien a priori debía ocupar la zona del '10', tuvo que bajar hasta los dominios de
Gudelj y Jordán para tocar alguna pelota. Que el de Nalvalmoral de la Mata no estuvo bien es cierto, pero convendría preguntarse por qué.
El Real Betis, en cambio, empezó con su defensa bastante arriba y
la fue subiendo más y más conforme comprobaba que nadie amenazaba su espalda. Así, hasta
seis de sus jugadores titulares tuvieron sobre todo contacto con el cuero en territorio blanquirrojo.
Así las cosas, no es de extrañar que la pelota estuviese
un 23 % en el primer tercio ocupado por el cuadro local y
un 32 % en el visitante. Eso facilitó que el Real Betis acabara el derbi con
16 disparos (tres a portería) y el Sevilla FC,
con 10 menos (dos entres los tes palos).