Las impactantes confesiones del detective de Maradona en Sevilla

Las impactantes confesiones del detective de Maradona en Sevilla
Maradona no llevó en Sevilla FC una vida demasiado ordenada.
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 3 min lectura
No se trata de Perfecto Cuesta, ya octogenario detective que vive por el Aljarafe y que fue el encargado principal de seguir a Diego Armando Maradona por todas las calles de Sevilla, pero si de un socio que, con el pseudónimo de 'Charlie M.', ha confiado a Vox Pópuli las andanzas del ya desaparecido astro argentino durante su corto pero sonado periplo en el club de Nervión, a comienzos de los años 90.

"Su casa no tenía salida; era lo bueno que tenía. Era un chalet y solo tenía una salida. Entonces pusimos un coche ahí y nos íbamos turnando. Esa casa era como El Corte Inglés. Contamos 18 o 20 italianos, argentinos entrando y saliendo. Yo llevo 30 años en la calle y sé qué gente era.. Aquello era un desastre. Se abría la puerta y salía levantando el polvo como los Miura. Se ponía a 190 Km/h, como una cabra. No llevaba una vida propia de un futbolista de alto nivel", recueda Charlie M.

Más de la vida del 'Pelusa' en Sevilla: "Era íntimo amigo de un asador argentino. Tenía como 15 italianos, su representante y diez o doce personas detrás. Maradona era tonto porque era buena gente, pero es que tenía una cantidad de personas detrás que los veías chupando y decías: 'Este tío es carajote'. Tú puedes ser el tío más golfo del mundo, pero te puedes quitar a siete", argumentó el investigador.

Incluso en la entrevista, Charlie M. reveló que lograron 'infiltrar' a unas cuantas mujeres en el clan de Maradona: "Eran modelos y con eso les pusimos la trampa. Este (Maradona) era muy buena gente, pero era muy golfo. Le cantaban una canción que decía: 'Me casé con un enano salerito pa jartarme de reír'. Se lo cantaba una tía de dos metros, buenísima, y el otro que no le llegaba ni al ombligo. Eran las cinco de la mañana, a las diez tenía que estar en la ciudad deportiva entrenando y no iba a entrenar".

"Aquellos seguimientos sirvieron para demostrar que era una vida no propia de un deportista. Cuando el tío se fue a las malas, le dijeron: 'Mira, tenemos esto, esto y esto. Tú no has ido a entrenar por esto, por esto y por esto'. Se ahorraron 150 millones de pesetas porque los perdonó", relató Charlie M., quien aseveró a Vox Pópuli que no conserva las fotos y videos que grabaron durante los dos meses de vigilancias al astro argentino.