Decía
Simon Kjaer el pasado mes de agosto que
Julen Lopetegui le había comunicado que contaba con él y que su familia era muy feliz en Sevilla, pero, de súbito, el central hizo las maletas para marcharse a un
Atalanta que contaba con un jugoso anzuelo: la
Liga de Campeones.
Al danés, pese a jugar los de Bérgamo con tres atrás, no le ha ido nada bien, jugando
únicamente 381 minutos a las órdenes de
un Gian Piero Gasperino que llegó a decir públicamente algo así como que no se enteraba de la película, que no hacía sobre el campo lo que él le demandaba.
Así las cosas, el agente del todavía jugador del
Sevilla FC (le queda un año y medio de contrato),
Mikkel Beck, lleva unos días trabajando para hallarle un nuevo destino y, si nada se tuerce, éste va a ser
la Sampdoria.
Aunque
Claudio Ranieri usa una línea de cuatro atrás y cuenta ya con cinco centrales en su plantilla,
Jaison Murillo ocupa generalmente el puesto de lateral derecho y
Alex Ferrari, quien era titular, ha sufrido una rotura del ligamento cruzado, por lo que se perderá lo que queda de temporada y lo más probable es que Kjaer vaya a reemplazarlo.
Ya, cuando llegue el verano, Dios dirá, pero todo apunta a que el danés querrá cobrar un finiquito e irse con la carta de libertad bajo el brazo adonde deseé. Al Sevilla, no obstante,
le quedará una carta por jugar: la de la Eurocopa, donde el ex del Fenerbahçe, con suerte, podría mostrarse y llamar la atención de algún posible interesado. Es el capitán de Dinamarca.