A su estilo. Sobrio. Con una filosofía transparente. Que gustará más o menos, pero cuya efectividad no admite discusión. Un concepto de roca inmaculado jalonado por el compromiso y también por el talento que atesora para establecer la diferencia contra equipos como el
Mallorca. Ha sabido resurgir, disipar las dudas, merced a la confianza inquebrantable en una idea que aplicaron casi a la perfección, sostenido, como no, en uno de sus baluartes, porque para dar brillo a la solidez se precisan jugadores como
Ocampos que rompan moldes y dinamicen el control con el que el
Sevilla acuna los partidos. Ayer martilleó con su poderío cuando se necesitaba marcar la distancia ante el arrojo local e impulsó a los nervionenses, autoritarios con ventaja y sin conceder prácticamente nada para evitar el sinvivir de otras citas, como muestra de que existe una evolución que todavía no atañe a la delantera, si bien tan arriba en la tabla se trabaja con más calma.
Así las cosas, las dos incógnitas en el once las resolvió
Lopetegui con la permanencia de
Carriço como compañero de
Diego Carlos en detrimento de
Koundé y con la entrada de Jordán para completar el trivote junto a
Fernando y
Banega. Además
Munir partió en un costado pero, al contrario de lo esperado, lo hizo en la derecha mientras que Ocampos, de vuelta cuatro jornadas después, ocupó la izquierda. Renunciaba a la sociedad, decisión a la postre muy acertada. Por ende, el técnico desestimaba su apuesta por un interior en favor de futbolistas más profundos y rápidos, para lo que reforzó la media con
Joan Jordán.
Fórmula para ampliar el campo y generar superioridades en los carriles tras iniciar las jugadas por el centro. Era la vía para acelerar una circulación previsible pero sobre todo para percutir en las transiciones a la contra ante un Mallorca que tomó el control en el inicio y halló muy pronto una fisura en la contención sevillista. Así, en el 3'
Kubo se marchó con facilidad de Reguilón y habilitó a Lago Junior, que malogró una ocasión inmemorable. Susto serio para un Sevilla que tardó en acomodarse, con problemas para tapar los espacios e incómodo con el balón, pero que comenzó a explotar los contragolpes tras robo, con un Ocampos que monopolizó el peligro nervionense desde la siniestra.
El argentino encaraba con una seguridad mayúscula para primero disparar junto al palo corto y después obligar a
Reina a desviar un lanzamiento ajustado. Su regreso permitía al Sevilla limitar el pase lateral y multiplicar sus vías de acceso, lo que infundió miedo a los baleares y favoreció que el Sevilla ganara terreno hasta hacerse con el control. Y al contrario que en otras ocasiones, el dominio produjo inquietud y se tradujo en ventaja merced a un saque de esquina que Diego Carlos remató a la red por encima de Reina. Otra vez la defensa al rescate. De nuevo el poderío del central. Minuto 21. 0-1. Era momento para ir contra su 'modus operandi' habitual y buscar sangre, pero nuevamente optó por preservar, por dormir el encuentro con el fin de que no pasara nada. Ocurrió contra Osasuna y se habría repetido la historia poco antes del descanso si el VAR no hubiese anulado el tanto de Budimir por fuera de juego. Se precisaba más continuidad, más concentración y realizar ciertos ajustes atrás, porque, al contrario de partidos atrás, la retaguardia había realizado varias concesiones.
No obstabte, la consigna en la reanudación abundó en la preservación de la posesión, en sólo verticalizar en opciones muy claras, con preferencia siempre a la conservación del esférico aunque supusiera frenar un contragolpe. Suponía depender de nuevo de su fiabilidad defensiva, si bien en una acción que sí lo intentó por la derecha terminó en derribo de Baba sobre Jordán pitado por el árbitro con acierto tras consultar el VAR. Banega transformó la pena máxima para abrir brecha en el 63' y brindar cierta tranquilidad. Lopetegui retiró a
De Jong y reforzó el lateral derecho con la entrada de Koundé y el paso al frente de Navas.
El Mallorca reaccionó con ímpetu de inmediato pero, tras dos centros con cierto veneno, el Sevilla imprimió el ritmo que quería a base de pases cortos sin asumir riesgos hasta que hallaba algún hueco para romper por detrás de la zaga. No lo hacía siempre que podía pero cuando se animaba tenía ocasiones como la del
Mudo, que entró por Jordán para alejar lo más posible el esférico de la vista bermellona.
Lo cierto es que los minutos transcurrieron como le gusta a Lopetegui, sin pasar apuros más allá de un lanzamiento de Fran Gámez que rozó el palo de
Vaclik después de que Ocampos tratase de ajustar un remate en la frontal tras una exquisita accción de Koundé. Se alcanzó el final sin sufrimiento. Con la sensación de manejar los tiempos y de haber recuperado en varias fases la imagen de equipo muy serio, de visitante letal y candidato por antonomasia a luchar por la Champions en 2020. De momento se despide de 2019 tercero y con la mejor felicitación navideña posible para el sevillismo.
Ficha técnica:
0-Mallorca: Reina; Fran Gámez, Sedlar, Valjent, Lumor; Kubo, Baba (Febas, min, 77), Salva Sevilla ("Cucho" Hernández, min. 56) Dani Rodríguez; Lago Junior, Budimir (Chavarría min. 68)
2-Sevilla: Vaclik; Jesús Navas, Carriço, Diego Carlos, Reguilón; Joao Jordán (Vázquez, min. 75), Fernando, Ever Banega; Lucas Ocampos (Gudelj, min. 88), De Jong (Koundé, min. 65), Munir.
Goles: 0-1, min. 20: Diego Carlos; 2-0, min. 62: Ever Banega, de penalti
Árbitro: Gil Manzano (Colegio Extremeño). Amonestó a Fran Gámez, Budimir, Baba, Raíllo, Valjent y al segundo entrenador del Mallorca, Daniel Pendín; a Navas, Fernando, Reguilón del Sevilla; a Pendín, segundo entrenador del MlLOEC.
VAR: Del Cerro Grande (Comité Madrileño)
Incidencias: Partido correspondiente a la décimo octava jornada de la Liga Santander disputado en el estadio Son Moix ante 14.321 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de los ex jugadores y abonados del Mallorca gque han fallecido en 2019.