No llegaba
Nolito al partido, por unas molestias, y
Julen Lopetegui sorprendió a propios y extraños apostando como sustituto del sanluqueño por un interior como
Óliver Torres, dejando en el banquillo al versátil
Munir y en la grada, a un extremo puro -y con un precio elevado- como
Rony Lopes.
Y todo respondía a
un plan convenientemente trabajado durante el largo parón liguero e ideado
en función de las características del rival.
"El míster me pidió que
generara superioridad", comentó Óliver tras el encuentro, y es que el ex del Atlético de Madrid
se juntó mucho con Éver Banega para dejarle todo el carril a un incansable Sergio Reguilón. Y, generalmente,
por ahí sacó el balón jugado el Sevilla FC... aunque sólo
para acabar atacando por la derecha, con
Jesús Navas y Lucas Ocampos percutiendo hasta la línea de fondo.
Lopetegui era consciente de que visitaba un estadio donde los visitantes se llevan poco e históricamente 'maldito' para los nervionenses, que iba a tener enfrente a un rival que no había perdido y
cuya presión es casi imposible de sortear en línea recta. Por ello, apostó por
juntar muchos futbolistas para favorecer
un juego en corto asociativo, para atraer al máximo número de hombres de Garitano, y después añadirle
una buena combinación en largo, con precisos
cambios de orientación de Banega y Óliver que dejaban
en ventaja a sus compañeros de la banda opuesta. Es decir, variedad de pases para
agitar, sorprender y profundizar.
De hecho,
la mayor combinación de pases entre dos jugadores en el encuentro se da entre el '10' y el '21' (
22 pases de Banega a Óliver y 15 de Torres a Banega), siendo ellos dos, además, los que más destacaron en balones largos. Banega es, no en vano,
el segundo que más realiza con precisión de media en LaLiga, por detrás de Casemiro.
En
los mapas de pases se ambos, durante el Alavés-Seviilla, se observa claramente cómo tanto Banega como Óliver tocaron en corto en la zona izquierda para después, de súbito, lanzar balones al otro costado.
Si bien el tanto de la victoria no llegó tras una acción de este tipo, el plan sí que permitió al Sevilla
dominar gran parte del encuentro a un rival muy incómodo y acercarse mucho por la meta de Pacheco, hasta el punto de que los nervionenses
llegaron a disparar hasta en 19 ocasiones (siete a puerta) por sólo 7 de los locales (cero entre los tres palos).
El plan era para Vitoria. Seguramente, Lopetegui ya tenga en su cabeza otro para la visita del Real Madrid.