"Es una operación difícil, complicada e importante", decía
Monchi en la despedida de Pablo Sarabia sobre
Jules Koundé (20), quien será
su apuesta más importante en el Sevilla FC. Y no sólo por el coste económico (unos
25 millones de euros), sino también por la posición, ya que un central suele ser bastante más difícil de revalorizar que, por ejemplo, un delantero goleador.
Pero el de San Fernando está muy seguro de que será así.
Ha percibido en el parisino unas prestaciones tremendas, las cuales, si siguiese una progresión esperada, le llevarían a ser, presuntamente, uno de los mejores centrales del mundo. Y es que el todavía zaguero del
Girondins de Burdeos, a quien se espera ya en la noche de este martes por el aeropuerto de San Pablo, tiene pocas taras.
1. Salida en conducción. Koundé es un central con alma de lateral, que rompe líneas en conducción merced a su arrancada, potencia, velocidad y convicción. Si los atancates rivales le tapan las líneas de pase, no tiene inconveniente en iniciar la carrera hacia el campo rival. Lo ha hecho tanto en defensa de cuatro, como en defensa de tres, en la que normalmente ha ocupado el factor derecho, por donde más le gusta moverse. Se le ha visto incluso, como se aprecia en la imagen, acabar la acción con un pase en profundidad.
2. Pase largo. El central de origen africano tiene, además, un gran dominio del pase largo, generalmente a los extremos, aunque, de llegar, tendrá como un habitual receptor de los mismo a Luuk de Jong, especialista en recibir, bajar y jugar de espaldas tras recibir balones de ese tipo, de espaldas. Promedia 3,2 pases largos cada 90 minutos.
3. Entradas. El que sería el fichaje más caro de la historia del Sevilla destaca particularmente por su velocidad de reacción. Corrige rápido y saber cuándo encimar al rival, para que no pueda girarse, cuándo debe ir al suelo o medirse en carrera. Es esta última unas de sus especialidades, aunque debería no confiarse en sus primeros encuentros como blanquirrojo, al ser la velocidad del juego en LaLiga superior al de la Ligue 1.
4. Coberturas. Es habitual, por otra parte, ver a Koundé fuera de su zona (suele ocupar mucho), pues no duda en acudir a tapar otros fuegos. Siempre está pendiente de la espalda de su compañero, por si algún adversario se la gana. Al ser tan veloz de mente y piernas, suele llegar antes al cuero.
5. Duelos aéreos. Tras ver el desastre -físico- ante el Leganés, con Joaquín Caparrós en el banquillo (0-3), Monchi se percató de que iba a tener que fichar muchos centímetros para la nueva plantilla, pero no es precisamente Koundé un central especialmente alto (1,84 m). Y la cuestión es que no lo necesita, pues lo suple con su potente salto. Gana 3,2 duelos aéreos por partido.
6. Errores. El que será, previsiblemente, nuevo zaguero nervionense tiene pocos puntos débiles. El problema es que cada error suyo suele traducirse en un gol en contra. Quizás se deba a su juventud (20 años), quizás a su -en ocasiones- excesivo ímpetu o a que le sobra confianza. El caso es que se le ha visto despejar hacia atrás o entregar el balón al rival en la salida. Son aspectos que de los que se puede aprender y mejorar, en cualquier caso. Lo innato lo tiene.