La patata caliente de vender a Muriel

La patata caliente de vender a Muriel
Todo apunta a que Muriel volverá a hacer la maleta para viajar hacia un nuevo destino en la 19/20. - A. T.
Aitor TorviscoAitor Torvisco 5 min lectura
Una de las patatas calientes que ha heredado Monchi de sus antecesores (y también sucesores) en la dirección deportiva del Sevilla, Óscar Arias y Joaquín Caparrós, es la de encontrar una solución a una operación que bien merece el calificativo de ruinosa. Se trata del colombiano Luis Fernando Muriel, cuyo futuro sigue siendo de lo más incierto después de que la Fiorentina haya renunciado a abonar los 14 millones de euros cifrados en la opción de compra que figura en su contrato de cesión al club italiano, que sólo aceptaría negociar a la baja por un jugador al que en Nervión no quieren perderle más dinero.

Y es ahí donde está el principal hándicap del director general deportivo nervionense, pues no se antoja nada sencilla frenar la hemorragia económica del fichaje más caro de toda la historia de la entidad, toda vez que su cotización sigue en una profunda caída libre que le ha llevado a perder un 60 por ciento de su valor de mercado en las dos temporadas que lleva de sevillista. Es más, cuando se marchó a la Fiorentina el pasado mes de enero, tenía la tasación más baja en los últimos siete años.

La web especializada Transfermarkt valora a día de hoy a Muriel en 10 millones de euros después del leve repunte experimentado en estos últimos meses como ‘viola’, en los que ha sumado nueve goles y dos asistencias en 23 partidos. A inicios de año había caído hasta los ocho kilos, una tasación que no tenía desde que en la 11/12 jugase en el Lecce cedido por el Udinese, que le fichó en 2010 del Deportivo de Cali cuando el internacional colombiano sólo tenía 18 años. En el verano de 2013 llegó a subir hasta los 14 millones pero en 2015 estaba tasado en 10, cuando la Sampdoria se hizo con sus servicios previo pago de 12 kilos. Con los genoveses llegó su explosión y alcanzaba un valor de mercado de 20 millones cuando el Sevilla invirtió la friolera de 21,5 por su contratación, en el verano de 2017. A partir de ahí, el de Santo Tomás va cuesta abajo y sin frenos.

El cartel de 'fichaje más caro de la historia del club' fue una enorme losa para el cafetero, que además nunca ha sido un delantero centro al uso ni asegura una producción goleadora tan prolífica como las de Negredo, Bacca o Gameiro, los anteriores dueños del ‘9’ blanquirrojo. Al término de su primera temporada en Eduardo Dato ya había perdido la mitad de su cotización (12 kilos en el verano de 2018), al inicio de la 18/19 estaba en nueve millones y en el pasado mercado invernal ‘valía’ ocho; es decir, un 60 por ciento menos que cuando Arias rompió la hucha por él; un dato decisivo para que Caparrós negociase con la ‘Fiore’ una opción de compra de 'sólo' 14 millones, a pesar de que esta cláusula ya implicaba asumir una pérdida de 7,5 kilos. Al no ser ejecutada por los italianos, Monchi asume esta gestión sabiendo que será harto complicado encontrar un club dispuesto a pagar esa cifra. Por menos, al menos por ahora, no se plantea desprenderse del internacional cafetero.

Ahora, a no ser que salte la sorpresa y el nuevo entrenador diga que encaja en sus planes, el club espera encontrar un aliado en la selección de Colombia y que un buen papel de Muriel en esta Copa de América 2019 sirva para revalorizarse lo suficiente para que el Sevilla pueda hacer caja reduciendo lo máximo posible esta acentuada depreciación.