Caparrós mejora a Machín, pero no lo suficiente

Caparrós mejora a Machín, pero no lo suficiente
Joaquín Caparrós y Pablo Machín, que se las prometían felices a comienzos de la temporada, no han podido dar la talla del todo en el banquillo del Sevilla. - Alejandro Sáez
Alejandro SáezAlejandro Sáez 5 min lectura
La eliminación en octavos de final de la Europa League frente a un rival bastante inferior sobre el papel como el Slavia de Praga fue la gota que colmó el vaso en Nervión, después de que el equipo dirigido por Pablo Machín acumulara sólo dos triunfos en sus once últimos partidos de LaLiga y en Copa fuera eliminado en cuartos de final por el Barcelona, dejando escapar un 2-0 en el Ramón Sánchez-Pizjuán y, en la vuelta, recibiendo un contundente 6-1 en el Camp Nou. Un Sevilla FC en clara caída que la cúpula directiva nervionense, con el presidente José Castro a la cabeza y Joaquín Caparrós como director de fútbol, decidió sostener de la mejor manera que se le ocurrió, y esa no fue otra que poniendo al técnico utrerano al frente de una plantilla que él y sus adjuntos (Marchena y Gallardo) habían configurado, lo que posibilitó, por otro lado, el retorno de Monchi como director general deportivo del Sevilla.

“Ahora con Caparrós sigue en puestos de UEFA. Las opciones de entrar en Champions han existido conmigo y también ha habido momentos en que parecía que se podía llegar con Caparrós. Ahora sólo tienen una competición a la semana y pueden preparar mejor los partidos. Yo tengo claro que hice muy buen trabajo, así lo siento. La lástima es que no pudiera terminar la temporada”, ha defendido el propio Pablo Machín en la Ser sobre su paso por Nervión. Y lo cierto es que al soriano, en términos objetivos, no le falta razón, pues el Sevilla FC ha mejorado con el cambio de entrenador, pero no lo suficiente. Así lo dicen los números del utrerano, que, con un partido aún por disputarse para que concluya la temporada, tiene totalmente imposible alcanzar el promedio de puntos por encuentros totales de Pablo Machín: 1’74 en los 50 partidos que dirigió al Sevilla FC en todas las competiciones (26 victorias, nueve empates y 15 derrotas), por los 1’60 puntos del otrora director de fútbol de la entidad (cinco triunfos, un empate y cuatro derrotas en diez partidos).

La situación, en cambio, es diferente si atendemos a LaLiga, teniendo en cuenta que es la única competición en la que Joaquín Caparrós ha tenido oportunidad de ponerse al frente del equipo esta temporada. Y es que el nefasto inicio del 2019 que protagonizó Machín no sólo propició su destitución, sino que también lastra el “muy buen trabajo” que el de Gómara percibe: 1’48 puntos por partido (11 victorias, siete empates y nueve derrotas).

La llegada de Caparrós al banquillo supuso una bolsa de oxígeno para un equipo ñangotado que, con el utrerano, sumó 18 de sus primeros 24 puntos en juego, aunque erró ante dos rivales directos como Valencia y Getafe, con dos derrotas. Tras ello, sólo un punto de los últimos nueve. O lo que es lo mismo, un nuevo bajón de rendimiento que ha propiciado que el Sevilla FC afronte la última jornada de LaLiga con ínfimas opciones de Champions (3’70%), la Europa League asegurada y jugándose con el Athletic Club el evitar ser séptimo, con lo que ello conllevaría este verano.

Caparrós, por tanto, promedia mejor puntuación en LaLiga que su antecesor, aunque tiene imposible alcanzar sus registros totales, amén, eso sí, de haber evitado la sangría de goles en contra.

Unos números, por tanto, con lecturas opuestas e interesadas que, quizá, demuestran que el problema no era tanto del banquillo y sí de la planificación de la plantilla. Por fortuna para los sevillistas, Monchi ya está de vuelta.