El
Sevilla FC de
Pablo Machín visita mañana el
Estadio de La Cerámica para medirse a un
Villarreal en el que se encontrará con dos caras conocidas como son los exsevillistas
Carlos Bacca y
Vicente Iborra. Dos nombres propios que dejaron huella en Nervión y que, tras marchar, hicieron todo lo posible por poder disfrutar de una segunda etapa en el
Sánchez-Pizjuán; algo que, finalmente, acabó siendo imposible por una cuestión principalmente de edad.
Superada la treintena en ambos casos, la dirección deportiva sevillista entendió que no era de recibo hacer una fuerte inversión en dichas operaciones, algo que, sin embargo, no resultó ser un impedimento para el 'Submarino' amarillo. El colombiano
Carlos Bacca, quien atesora 49 goles y 22 asistencias en 108 partidos como sevillista, fue el primero que forzó su regreso tras emigrar a
Milán a cambio de 30 millones de euros; primero con
Óscar Arias al frente de la planificación y, un verano después, con
Caparrós al mando.
Diversas llamadas de teléfono postulando su candidatura a volver y su predisposición para bajarse el sueldo no fueron suficientes para conseguir su regreso.
Arias se decantó por su compatriota
Muriel, por el que abonó 21 millones de euros, firmando nueve goles y cuatro asistencias en la 17/18. Prácticamente la mitad que Bacca, quien consiguió 18 dianas y siete asistencias durante su préstamo en
Villarreal.
Una carta de presentación que el pasado verano, ya con
Joaquín Caparrós al frente de la dirección deportiva sevillista y con Arias en busca de un nuevo destino (meses después se hizo cargo del proyecto del Cádiz), no fue suficiente para convencer al utrerano, quien, entre varios delanteros, acabó decantándose por un
André Silva que acumula 11 dianas y dos asistencias en lo que va de temporada, amén de un gran trabajo en ataque del que se sirven sus compañeros, especialmente un
Ben Yedder que se ha destapado como el gran goleador que es. Es decir, que a
Caparrós le ha salido algo mejor la apuesta que a su antecesor en el cargo de director deportivo sevillista.
Similar al del delantero colombiano ha sido el caso de
Vicente Iborra, por el que ya hubo un acercamiento el pasado verano. Sin embargo, no fue hasta el pasado enero cuando las partes estuvieron negociando en su deseo de fraguar una segunda etapa como sevillista. La edad del valenciano y su caché en el
Leicester, sin embargo, impidieron su regreso, deseando
Caparrós y sus adjuntos rejuvenecer una plantilla cuyos pesos pesados rondan la treintena. Finalmente, el centrocampista acabó firmando por el
Villarreal hasta 2023 a cambio de unos diez millones de euros. Mañana, por tanto, tendrán ganas de demostrar que el
DNI no lo es todo.