Existe la creencia generalizada de que al jugador que rompe en el Sevilla FC y después se marcha a otro club no le suele ir bien. Y, no en vano, ejemplos hay muchos: Vitolo, Gameiro, Alberto Moreno, Negredo, Bacca, Squillaci... Ahora bien, el caso más curioso es el de Grzegorz Krychowiak, pues se lo llevó el técnico que le hizo triunfar en Nervión y, sin embargo, fracasó estrepitosamente bajo sus órdenes en el París Saint-Germain, con un estilo de juego muy distinto al de aquel Sevilla.
Ahora el mediocentro polaco, en las filas de Lokomotiv de Moscú, has dejado claro que la relación entre ambos se deterioró hasta límites insospechados. "Ya he hablado mucho sobre el PSG y Unai Emery... eso ya es un capìtulo cerrado. Ahora me concentro en el futuro. Para mí, no importa lo que le haya pasado al PSG... ¿Leer el libro de Emery? Yo de él ya sé lo que hay que saber...", ha comentado, curiosamente, en la web oficial del club ruso.
Sea como sea, gracias a Emery el Sevilla ingresó 27,5 millones de euros por el traspaso de un Krychowiak que, posteriormente, jugó en posiciones más avanzadas en el West Brom y que ahora, a sus 29 años, está rindiendo a buen nivel en Rusia, donde acumula 2.147 minutos de juego, un gol y cuatro asistencias, habiendo actuado también como medio ofensivo, además de como pivote y central.