La renovación de
Éver Banega es, junto a la de Pablo Sarabia, uno de los aspectos que mantiene ocupado a
Joaquín Caparrós en los últimos meses, esperando el utrerano en estas fechas la visita del nuevo representante del argentino para conocerse personalmente y tratar cara a cara el futuro del albiceleste, que meses atrás rompió con su anterior agente
(Marcelo Simonian) y que tiene contrato en vigor con los de
Nervión hasta 2020.
Un futbolista que retornó de nuevo a 'casa' hace dos veranos a cambio de 7,7 millones de euros,
rebajándose notablemente su sueldo tras haberse marchado el curso anterior al Inter. El movimiento, lógicamente, trajo consigo una cláusula de rescisión acorde a su ficha,
de 20 millones de euros, o lo que es lo mismo, un 'caramelito' para los tiempos que corren.
El deseo del Sevilla ahora es, lógicamente, subírsela, para lo que Banega aboga por un aumento de sueldo y un año más de contrato, algo que
Caparrós no ve del todo claro, estando más por la labor de lo segundo que de lo primero.
Y es que el utrerano juega con ventaja, sabedor de que tanto
el argentino como su familia están muy felices en Sevilla y que tienen poco interés en cambiar de aires. El pasado verano, sin ir más lejos, cuando aún no había firmado con su nuevo agente y recibió las ofertas de un sinfín de empresarios, apareció la opción de
l Arsenal de Unai Emery, algo que Banega dejó pasar. "Unai se lo quería llevar y lo sigue queriendo", reconoció a ED su padre.
Tal y como ha podido confirmar
ESTADIO Deportivo, Banega apuesta por echar raíces en
Nervión, habiendo dejado dicho a más de un intermediario que no está por la labor de escuchar ofertas este enero si no llegan a los siete millones de euros netos; es decir, una auténtica barbaridad en manos de muy pocos (fútbol chino y árabe, principalmente); una oferta que el futbolista consideraría irrechazable, pese a su deseo de seguir.