Aquella cena en un lujoso restaurante de Londres en enero de 2015 no le costó ni una libra a
Stevan Jovetic, pero la cuenta sí registraba un precio en forma de súplica:
"Nunca le marques un gol al Liverpool, por favor". 'Jo-Jo', como le apodaron cariñosamente los aficionados de la
Fiorentina, guardó aquella curiosa factura durante su etapa en el
Manchester City como reflejo de su sentido del humor y de su deseo de adaptarse a cada uno de sus destinos en una carrera en la que muy pronto asumió los galones.
Y es que el delantero montenegrino ya lucía el brazalete de capitán a los 18 años en el
Partizán de Belgrado, el más joven de la historia del equipo balcánico, con el que debutó con 16 y anotó su primer 'hat-trick' con sólo 17. Un jugador muy precoz por el que ya suspiraban los grandes del Viejo Continente y que finalmente se marchó por algo más de siete millones a la Fiorentina, donde se erigió en un auténtico ídolo y firmó las mejores cifras de su carrera, lo que le valió el salto al
Manchester City por 26 millones de euros.
Pero más allá de los dotes futbolísticos que en Nervión esperan recuperar plenamente,
Jovetic también ha sobresalido por su carácter humano y su solidaridad, evidenciada por un gesto desinteresado que dio la vuelta al mundo. No en vano, 'Jo-Jo' se hizo cargo hace un año de la atención médica de su compatriota
Milivoje Rajcevic cuando se enteró de que su club, el
Buducnost de Podgorica, no le podía pagar la operación de ligamento cruzado.
"Organizó una cita con el doctor que le ayudó cuando se lesionó en 2010 y pagó todos los controles y también la operación. Le estoy muy agradecido y le prometo que volveré a jugar el próximo curso y que le dedicaré un gol". Una promesa que
Rajcevic pudo cumplir en el primer partido de esta temporada con un tanto pleno de agradecimiento destinado al nuevo 'crack' del
Sevilla.
Álvaro Palomo3 min lectura