Análisis del Sevilla-Málaga: Si la efectividad acompaña...

Fue abrir Vietto la espita del gol y el Sevilla se desató. Había madurado el partido el conjunto de Sampaoli como suele, moviendo el balón de un lado a otro y en la primera clara en la que superó la hasta entonces ordenada zaga malacitana llegó el gol. La efectividad que tantas veces había sido esquiva apareció y de qué manera. En diez minutos, cuatro tiros a puerta y cuatro tantos ante un Málaga desarbolado. Porque ya no supo cómo contener a las combinaciones de Vitolo, N’Zonzi y Nasri, las acometidas de Mercado y Sarabia ni las incursiones de Ben Yedder y Vietto, que hicieron diabluras.

Sin Mariano ni Escudero para romper por fuera, Sampaoli optó por jugar con una línea de cuatro atrás y por la movilidad de sus hombres de ataque para sorprender al Málaga, con N’Zonzi omnipresente y Nasri a los mandos. La jugada del primer gol lo ejemplifica. Vietto, que partía de teórico extremo diestro, inicia la jugada en la otra banda y acaba en el área por ese perfil. Y es que los delanteros, además de finalizar, intervinieron mucho en el juego. Tras la diana llegó el vendaval, pues con espacios también es temible el Sevilla.

Los cambios obligados por las molestias de Mercado y Pareja dibujaron un Sevilla con tres centrales y Sarabia y Vitolo como carrileros. La roja a Rami fue un accidente que impidió un dominio más cómodo en el segundo acto del encuentro. Ni siquiera el gol de Sandro supuso mayor agobio para los de Nervión, que supieron dormir el choque y esperar con el botín en la zamarra a que pasaran los minutos.