LA VUELTA 2024

Wout Van Aert se reencuentra con sus demonios en Sevilla

A Wout Van Aert le ha vuelto a pasar; tras su victoria en la tercera etapa, en la quinta no ha podido rematar un gran sprint y ha perdido en los últimos metros por culpa del empuje del joven checo Pavel Bittner, mucho más fuerte en el 'rush' final

Wout Van Aert se reencuentra con sus demonios en Sevilla
La llegada de la quinta etapa de la Vuelta a España 2024 - Cordon Press
Francisco SalasFrancisco Salas 4 min lectura

Al final de la carrera de Wout Van Aert se van a recordar muchos grandes momentos en los que el belga destapó el carro de las esencias para asombrar al mundo del ciclismo en cualquier terreno, tanto para arriba como en llano como en sprints, pero también se va a poner sobre la mesa otra cosa, los segundos puestos. Son muchísimas las ocasiones en las que el de Herentals ha rozado levantar los brazos en todo tipo de eventos, y hoy, en la quinta etapa de La Vuelta a España con final en Sevilla, le ha vuelto a pasar.

El checo Pavel Bittner, un joven de 21 años del DSM que estrenó su palmarés profesional hace unos días en la Vuelta a Burgos con dos triunfos, le ha hecho lo que tantos a lo largo de los años, superarlo al final para quitarle la victoria. Ni el del Visma ni Groves, se coló en la feria sevillana del esprint como invitado estelar un tal Pavel Brittner, en una llegada espectacular en la que rompió el pronóstico de los dos candidatos al maillot verde. El chico checo les birló el triunfo al belga y al australiano tras una jornada muy tediosa en la que se rodó mucho más lento de lo esperado. Mientras que En la general no hubo cambio alguno y Roglic mantuvo el maillot roja con 8 segundos de ventaja sobre Joao Almeida y 32 respecto a Enric Mas.

Una fuga con más sueño que realidad

Etapa sin puertos, llana, condicionada por el calor, más de 35 grados, en la que el termómetro fue el peor enemigo del pelotón. Aunque se trataba de un reto de supervivencia, no faltaron los valientes. Entre el anonimato más absoluto y la aventura quijotesca, dos hombres del norte, Gibon Ruiz y Txomin Juaristi se animaron a la cabalgada por el inmenso horno que unía Extremadura y Andalucía. Los dos equipos de siempre, los invitados, los que tienen que justificar de alguna manera su presencia en la Vuelta, animaron una jornada marcada para el esprint, de esas que solo se alteran cerca de meta, cuando se prepara la llegada masiva y aflora, por fin, la competición real.

Un máximo de 5 minutos fue la renta que tuvieron los fugitivos, cuya fuga claudicó a 37 km de la meta instalada en el sevillano Paseo de Cristóbal Colón. Todos juntos aún rodaron con tranquilidad, sin descuidar las permanentes duchas con los bidones. Al pasar por el Puente del Alamillo, a 12 de meta, ya se había activado el protocolo de aproximación y colocación de los hombres bala. Ahora se rodaba a 50 por hora.

Y en el primer sprint en territorio español en esta Vuelta. Los hasta ahora jefes de la velocidad aparecieron en la recta de meta, los mismos que se van a disputar el maillot verde de la regularidad. Van Aert fue el primero en lanzar el ataque definitivo, aprovechando la mala colocación de Groves, pero se metió en la refriega Pavel Bittner, se puso a la altura del belga, le rebasó ligeramente por la derecha y firmó así la tercera victoria de su palmarés. Las tres en agosto. Inolvidable su verano en España.