El danés Magnus Cort Nielsen se impuso en la décima etapa del Tour de Francia, con final en Megève, por delante del neozelandés Nicholas Schulz y del español Luis León Sánchez, al término de una fuga.
El esloveno Tadej Pogacar mantuvo el maillot amarillo de líder por tan solo 10 segundos con el alemán Lennard Kämna, que formó parte de la fuga que tuvo una renta de 9 minutos.
En un emocionante final, juzgado en el puerto de segunda categoría en el aeródromo de la ciudad alpina, LuisLe Sánchez se quedó a las puertas de sumar su quinto triunfo en el Tour y romper una sequía de 80 etapas consecutivas sin victoria española en la ronda gala.
Al murciano del equipo Bahrein le faltaron las fuerzas en el tramo final, tras haber lanzado un ataque a falta de 4 kilómetros para la meta y se vio superad por Schulz, que se jugó el esprint definitivo en el que fue superado por Nielsen, uno de los más activos de esta edición, que lució el maillot de rey de la montaña en las primeras jornadas.
A 22 segundos del ganador entró el alemán Kamna, que se coloca segundo de la general a 11 segundos de Pogacar, quien esprintó en el tramo final para mantener el liderato y encabezó el pelotón en meta.
El danés Jonas Vingegaard, segundo de la pasada edición, es ahora tercero a 39 segundos por delante del británico Geraint Thomas, ganador en 2018, que está a 1.17.
Esta décima etapa del Tour de Francia fue neutralizada durante doce minutos, a falta de 38 kilómetros para la meta, a causa de una manifestación de ecologistas en medio de la carretera.
Los ciclistas echaron pie a tierra por orden de la organización después de que el italiano Alberto Bettiol, del EF, que lideraba la etapa en solitario, atravesara una zona en la que algunas personas habían encendido bengalas.
El transalpino se topó con una gran humareda rosa tras la cual había varias personas sentadas sobre el asfalto.
Unos siete activistas en favor de la lucha contra el cambio climático habían organizado esta acción de protesta y fueron desalojados por las fuerzas del orden.
Bettiol rodaba con una ventaja de 20 segundos sobre un grupo de 24 ciclistas que formaban la escapada del día y que tenían casi 7 minutos y medio con respecto al pelotón.
El parón sorprendió al pelotón del Tour de Francia en medio de unas altas temperaturas, unos 35 grados centígrados, por lo que aprovecharon para refrescarse antes de proseguir la carrera.
La organización lanzó de nuevo la etapa respetando las diferencias de tiempo que había en el momento de la interrupción.
Es la primera vez que el Tour se ve obligado a neutralizar una etapa desde que en 2019 tuvo que hacerlo a causa de una riada de agua que invadió la calzada camino de Tignes, en la etapa 19.
La acción del agua impidió que la carrera llegara al final previsto, por lo que se adoptó la decisión de dar por buenos los tiempos de paso en el último puerto, lo que permitió a Egan Bernal hacerse con el maillot amarillo, que acabó luciendo también en París.
Luid Miguel Pascual / EFE