Las medidas y declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no sólo están afectando a la economía y a la política mundial, sino que señalan también directamente al deporte. Este mismo miércoles se ha conocido que Trump ha congelado 175 millones de dólares en fondos federales para la Universidad de Pensilvania (UPenn) por su inclusión de atletas transgénero en deportes femeninos, según anunciaba la cadena Fox News.
Es sólo una medida más en esta dirección, porque ya el pasado 5 de febrero, el dirigente republicano firmó una orden ejecutiva destinada a cumplir una de sus principales promesas electorales: prohibir que mujeres transgénero compitan en deportes femeninos.
Eso ha levantado la voz de alerta sobre algunas deportistas que han creado polémica recientemente, cuya cabeza visible es la boxeadora argelina Imane Khelif. De hecho, la medida de Trump propició que la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) emprendiera acciones legales contra el Comité Olímpico Internacional (COI) por permitir competir a "dos boxeadoras transgénero" en categoría femenina en los pasados Juegos de París 2024.
El problema llega con los Juegos Olímpicos de 2028, que se celebran en Los Angeles y durante los cuales, Donald Trump aún será presidente de Estados Unidos. Ante esto ya se está temiendo que a deportistas como Imane Khelif o como la taiwanesa Lin Yu-ting no se les dé el visado y no se les permita participar.
Khelif ha respondido en una entrevista a la cadena ITV y ha señalado que las 'amenazas' de Donald Trump no le "intimidan". "Le daré una respuesta directa: el presidente de los Estados Unidos emitió una decisión relacionada con las políticas transgénero en Estados Unidos. Yo no soy transexual, esto no me concierne y no me intimida. Esa es mi respuesta. Nací niña, crecí niña y he vivido toda mi vida como tal", afirma la boxeadora argelina, campeona olímpica en los pasados Juegos Olímpicos de París 2024.
La africana ha dejado claro que piensa competir en Los Angeles 2028 y, para ello, avisa que le respalda el COI, que ha decidido desestimar los análisis de sangre que habían llevado a la Asociación Internacional de Boxeo a expulsar a Khelif del último mundial.
"Una segunda medalla de oro, por supuesto. En Estados Unidos, Los Angeles", avisa una Imane Khelif que, incluso, saca pecho por lo logrado. "Como decimos en Argelia, quien no tiene nada que ocultar no debe tener miedo. La verdad quedó clara en los Juegos Olímpicos de París: se destapó la injusticia y, más tarde, el Comité Olímpico reconoció la verdad en París", añade.
De hecho, cree que todo lo concerniente a la polémica sobre su género tiene un motivo oculto y que llegó cuando empezó a ganar. "He competido en muchos torneos, incluidos los Juegos Olímpicos de Tokio y otras grandes competiciones, así como en cuatro Campeonatos del Mundo. Todos ellos tuvieron lugar antes de que empezara a ganar y a conseguir títulos, pero en cuanto empecé a cosechar éxitos, empezaron las campañas contra mí", denuncia la argelina.