Antonio José Medina4 min lecturaSiempre se ha dicho que para llegar a poder disputar una gran vuelta hay que 'salir vivo' de la primera semana. En esas primeras etapas, salvo excepciones, suele haber menos en juego, suelen acaparar las llegadas al sprint y es cuando se rueda más rápido y en grupo. Lógicamente, eso conlleva en muchos casos que haya más caídas y más abandonos por este motivo. En la Vuelta a España 2024 no ha sido diferente. Y, desde el segundo día, hay que lamentar abandonos, algunos de ellos de ciclistas importantes.
Dylan van Baarle dejó ya el domingo a Sepp Kuss sin uno de sus mejores gregarios. Rui Costa (EF Education-EasyPost) fue otro de los destacados que dijo pronto adiós, en la quinta etapa, tras una caída. Jon Aberasturi, que se había dejado ver en las primeras etapas y era un candidato en las llegadas masivas, también se despedía en la sexta, en su caso, según señalaba su equipo Euskaltel-Euskadi , debido a una infección respiratoria... Sin embargo tal vez la que más ha dolido ha sido la de Rigoberto Urán, que en España disputaba la que será la última grande de su carrera y que lo ha hecho por la puerta de atrás y a las primeras de cambio.
El ciclista colombiano, quien había logrado tres podios en las grandes vueltas y quería despedirse en La Vuelta 2024 a lo grande, sufría un grave accidente en la bajada de Puerto Martínez (sexta etapa) y, tras realizarse las pruebas pertinentes, sufre una fractura en su cadera izquierda.
El 'Toro de Urrao' no fue el único damnificado en una difícil bajada en la que también cayeron hombres importantes como Adam Yates, Pelayo Sánchez, Welay Berhe, Marco Frigo, Andreas Kron... pero sí fue el peor parado.
"Las radiografías mostraron una fractura en su cadera izquierda. No necesita cirugía y se irá a casa a recuperarse. Esta no es la forma en que queríamos ver a Rigo terminar su último baile. Únase a nosotros para desearle lo mejor", señalaba en sus redes el EF Education-EasyPost, que ya había perdido a Rui Costa y ahora se quedaba sin otro de sus referentes.
Urán no podrá ver cumplido su sueño de despedirse a lo grande. "Para mí, que es la última gran vuelta, espero poder estar a la altura y aportarle mucho al equipo. (...) Muchos sentimientos encontrados porque sabes que es la última carrera de tres semanas y compartes mucho con el equipo. Llevo casi ocho años aquí, es como una familia y hay muchos amigos en carrera. Sientes un poquito de nostalgia y alegría", afirmaba el antioqueño.
El problema no es sólo que haya dicho adiós a La Vuelta, sino que también puede haber dicho adiós al ciclismo de la forma más triste. Habrá que ver cómo lleva su evolución y si podrá llegar, el 12 de octubre, a Il Lombardia, el que posiblemente sea su verdadero último baile en el ciclismo.