Los encuentros que disputan la
UD Almería y la
Ponferradina siempre dan de qué hablar. Una rivalidad que ha ido incrementándose de manera exponencial en los últimos años, debido a los electrizantes choques que siempre propone el conjunto berciano ante sus rivales. De la indiferencia se ha pasado prácticamente a una rivalidad encarnizada entre ambos conjuntos.
El posible germen de este
odio irracional desde el Bierzo posiblemente puede estar relacionado con el primer ascenso de la UD Almería a Primera División cuando corría la temporada 2006/2007. El partido donde los indálicos certificaron el ascenso fue en casa ante la Ponferradina precisamente.
La victoria de los rojiblancos, además de asegurar matemáticamente su ascenso, mandaba al pozo de la Segunda División ‘B’ a los castellanoleoneses. Pasaron muchos años más hasta que esa llama que ardió un día volviera a renacer de sus cenizas. Tras el regreso de ambos conjuntos a Segunda División, donde ahora se ven las caras de nuevo, la rivalidad ha aumentado exponencialmente, especialmente después de la compra del Almería por parte de
Turki Al-Sheikh.
Las tanganas entre el Almería y la Ponferradina se han convertido en tradición
Las aspiraciones de ascender de los indálicos chocaron de frente con la necesidad de la salvación de la Ponferradina en la temporada 19/20, marcada por la pandemia del coronavirus. En la penúltima jornada, ambos equipos estaban obligados a ganar. Finalmente, la Ponfe certificaría su salvación a expensas de un Almería que quedaba apeado de la lucha por el ascenso directo.
Fue al término del encuentro cuando, con los nervios a flor de piel, los jugadores de ambos equipos se enzarzaron en una dura tangana que terminó con varios jugadores sancionados. Este hecho no quedó en el olvido y, varios meses más tarde, en la última visita de la Ponferradina al Mediterráneo, volvieron a saltar chispas. Tal y como contó un testigo en un audio que posteriormente se haría viral, los jugadores de la Ponferradina y el Almería se enzarzaron en una dura pelea en el túnel de vestuarios.
Yuri, capitán y delantero de los leoneses, se lanzó a golpear a Ramazani y a Juan Villar tras haber perdido en el Estadio de los Juegos Mediterráneos después de un hattrick de Sadiq. Un ataque que fue rastrero, por la espalda, sin previo aviso. Para defender a sus compañeros, saltaron a la palestra Nikola Maras, Radosav Petrovic y Samú Costa para responder a los ataques injustificados de los castellanoleoneses.
Ese fue el inicio de una lamentable pelea de la que, según el testigo, salió vencedor el bando indálico. Incluso la Policía tuvo que intervenir para poner paz en el asunto. Esperemos que este episodio no vuelva a suceder por el bien del fútbol en el próximo encuentro.