El Espanyol es lo más parecido futbolísticamente a la paradoja del gato de Schrödinger, un problema de física cuántica que plantea que el animal, en una caja, está vivo y muerto al mismo tiempo; un escenario similar al del equipo catalán, último en la clasificación, pero con más hambre que nunca.
El físico austríaco, Erwin Schrödinger, premio Nobel en 1935, usó este ejemplo para hablar de las dos propiedades de un electrón, al mismo tiempo onda y partícula.
En el experimento hay un gato y un frasco de veneno que se rompe si el electrón, que puede ser ambas cosas a la vez, se convierte en partícula y no en onda. De ahí la paradoja.
El fútbol es más sencillo. O tal vez no. El Espanyol es el último clasificado de Primera División a seis puntos de la permanencia. El cuerpo técnico, liderado por Abelardo Fernández, reconoce que deben firmar unos resultados de Liga de Campeones para salvarse. Sobre el papel, el equipo será una partícula y acabará en Segunda División.
Además, el contexto creado por el coronavirus no ayuda. No habrá público en los estadios y ocho futbolistas de la plantilla han sido infectados en esta pandemia. La pretemporada ha sido más corta de lo necesario, según muchos preparadores físicos y, en definitiva, no es la situación más favorable para jugarse la vida en el plano deportivo.
Pero también hay motivos para pensar lo contrario. El Espanyol puede ser onda. La versión del equipo ha cambiado por completo desde la llegada del entrenador asturiano. Primero, porque el hambre del vestuario es mayor que nunca y todos confían en poder conseguir lo que los jugadores definen como el mayor reto de sus vidas.
Segundo, porque la plantilla está totalmente remodelada respecto al principio de curso. La dirección deportiva ha fichado al central uruguayo Leandro Cabrera, al portero Oier Olazábal, al centrocampista Adrián Embarba y al delantero Raúl de Tomás, referencia ofensiva e ídolo de la grada en tiempo récord.
La cara del equipo es otra. No hay pesimismo. Los futbolistas explican que se sienten capacitados para dar la vuelta a la situación. En cualquier caso, los aficionados del Espanyol ya están acostumbrados a este tipo de escenarios. Históricamente, el cuadro catalán ha superado momentos límite.
Se ha hablado mucho de durante estos días de la remontada con Mauricio Pochettino en 2009 o del gol de Coro contra la Real Sociedad en 2006. Ahora toca abrir la caja para comprobar si el Espanyol es de nuevo onda o partícula. A partir de este sábado, contra el Alavés en el RCDE Stadium, los pericos podrán comprobarlo.