Barcelona, 14 may (EFE).- El Espanyol aprovecha el parón de LaLiga provocado por el coronavirus para mejorar los automatismos del bloque, así como la integración de las nuevas incorporaciones del mercado de invierno, ya que el equipo cuenta con un nuevo cuerpo técnico y cuatro caras nuevas desde el mes de enero.
La plantilla catalana, en estas primeras sesiones después de dos meses sin competición por la pandemia, está realizando la puesta a punto física y con balón. A medida que avancen las semanas, el entrenador, Abelardo Fernández, profundizará en el modelo de juego.
El preparador asturiano llegó a la entidad blanquiazul con una propuesta clásica y sin estridencias: un dibujo 4-4-2 y un estilo sobrio. El Espanyol se juega la permanencia y no hay lugar para experimentos.
De hecho, la plantilla catalana ha tenido ya tres entrenadores esta temporada con estilos marcadamente distintos. El equipo arrancó el curso con David Gallego en el banquillo, siguió con Pablo Machón y, finalmente, tiene a Abelardo como máximo responsable.
Abelardo ha cosechado, hasta el momento, mejores resultados que sus predecesores: dos victorias, cuatro empates y tres derrotas. En líneas generales, el asturiano está satisfecho con el rendimiento del bloque, pero espera más en esta recta final de campeonato.
Ahora el Espanyol aprovechará esta pequeña pretemporada para acelerar la integración de las cuatro incorporaciones del mercado de invierno: el portero Oier Olazabal, el central uruguayo Leandro Cabrera y los atacantes Adrián Embarba y Raúl de Tomás.
A excepción del guardameta, que llegó con problemas físicos, el resto de fichajes han tenido un papel destacado en el cuadro de Abelardo. Sin embargo, el cuerpo técnico confía en que esta aportación vaya a más en lo que resta de curso.
En cualquier caso, por ahora la prioridad del cuerpo técnico es calibrar con precisión la preparación física para minimizar el riesgo de lesiones. El club estima que, como mínimo, se necesitarán seis semanas de trabajo antes de competir con garantías.