Barcelona, 12 may (EFE).- El Espanyol afronta el posible regreso de la competición tras el parón por el coronavirus en un escenario especialmente complicado para el equipo blanquiazul, colista de Primera división y con la intención de enderezar en estas últimas jornadas una temporada para olvidar.
1. Escalada compleja
El Espanyol es el último clasificado de la categoría. El cuadro catalán atesora 20 puntos y está a seis del Celta, el equipo que actualmente marca la permanencia. El equipo del técnico Abelardo Fernández no renuncia a nada, pero nadie esconde que se trata de un reto complicado a nivel estadístico.
2. Afectados por el coronavirus
El conjunto catalán ha sido el más afectado por el coronavirus. Hasta ocho futbolistas sufrieron la infección y el grupo reconoce que estos jugadores han tenido más dificultades que el resto para volver a la actividad deportiva normal una vez han superado la enfermedad. Dos miembros del cuerpo técnico también lo sufrieron.
3. Química del grupo
El parón de la competición no ha ayudado a pulir el sistema táctico de Abelardo. El preparador asturiano llegó al RCDE Stadium en enero y es el tercer entrenador del equipo esta temporada, y estos meses sin competición no han servido para afinar automatismos de un bloque con varios refuerzos en el mercado de invierno.
4. Ganar en el RCDE Stadium
El Espanyol necesita hacerse fuerte en casa para reconducir su situación en la clasificación. De hecho, el cuadro catalán es el equipo que menos puntos ha cosechado en su estadio esta temporada, sólo 8, fruto de una victoria, cinco empates y siete derrotas. Sin ganar en el RCDE Stadium, la permanencia será una utopía.
5. Sin aficionados
El grupo blanquiazul deberá tirar de épica sin el respaldo de sus seguidores. Los protocolos de seguridad por el coronavirus limitan la entrada de los aficionados a los estadios. Los partidos a puerta cerrada no contarán, obviamente, con la presión ambiental que habitualmente es favorable a los equipos anfitriones.