"Ojalá cuando termine el torneo se sienten a hablar. Hablando se entiende la gente", comentó hace unos días Eduardo Coudet, técnico del RC Celta, al ser cuestionado sobre la situación de
Denis Suárez en Vigo y su incierto futuro, con una temporada más de contrato por delante.Pese a su buen momento como celeste, mantiene una lucha de egos con el presidente del club, Carlos Mouriño, que ni afición, compañeros ni cuerpo técnico comprenden.
En Balaídos consideran que debería primar el bien del RC Celta, aunque tanto Mouriño como Denis Suárez parecen presos de sus palabras y eso les ha llevado hasta una situación prácticamente insostenible.
'Denis quédate', se escuchó este pasado sábado en las gradas de Balaídos, al tiempo que también sonó en el estadio celeste algún 'Mouriño no'. Un gesto que el propio futbolista agradeció posteriormente en redes sociales.
La historia se remonta al pasado agosto, cuando
Carlos Mouriño llamó públicamente "subastadores de niños" a la agencia de representación Sport Player por haber mediado en la salida de Bryan Bugarin al Real Madrid. Dichas palabras fueron recogidas con agrado, en su momento, por un amplio sector del celtismo, aunque sin caer en la idea que
es la misma agencia que representa a Denis Suárez, quien, además, tiene ciertos intereses económicos en ella. Es decir, que es uno de sus propietarios.Ese es el germen de la historia, o del problema. Llamativo aún más si se tiene en cuenta que con el Real Madrid, uno de los protagonistas de la historia, ya se han limado las asperezas en alguna que otra comida entre clubes. Sin embargo, no ha pasado lo mismo con
Denis Suárez, al que le queda un año de contrato y al que el presidente del Celta obliga a cambiar de agencia si quiere renovar con los de Vigo."A mí no me pueden obligar a decidir lo que hago yo fuera de aquí. Si a mí me apetece ir mañana por la tarde al cine, no tengo que pedir permiso a nadie para ir", ha respondido al respecto el propio Denis en una entrevista concedida semanas atrás a
La Voz de Galicia.Y la situación es la que es, con
Iago Aspas, como capitán del Celta de Vigo, habiéndose ofrecido a mediar en el caso, aunque sin fortuna por el momento. Algo que también ha tratado Denis Suárez, intentando llevar la negociación en primera persona, como ya hiciera en 2020 cuando el club le requirió extender su contrato por un año más para bajar así la amortización de su fichaje y que el Celta pudiera inscribir a Murillo:" El club me pidió ese favor, y yo accedí (...).
Siempre que me han pedido algo, he puesto de mi parte para hacerlo". Ahora, sin embargo, las conversaciones no son tan fluidas y renueva... o se queda un año en la grada.
No hay otra opción, al menos en boca de Mouriño. Y para ello, antes, hay que romper con su agencia, a lo que Denis no está dispuesto
: "No contemplo estar un año sin jugar, obviamente, y no sé lo que pasará en verano".Habiendo conseguido tres goles y seis asistencias en 2.864' disputados en 38 partidos como celtiña este curso (36 de LaLiga y dos de Copa del Rey), Denis Suárez afronta su momento más delicado como profesional. Con un futuro bastante incierto, analiza los diferentes escenarios que se le presentan, habiendo aparecido el interés de diversos clubes a lo largo de los últimos meses.
Denis Suárez, sobre los "rumores" del Sevilla FC
El pasado mercado de enero, incluso,
fue relacionado con el Sevilla FC como un posible refuerzo invernal, lo que Denis Suárez califica como "rumores". "Son rumores como otras cosas que hay, pero yo estoy centrado aquí, en acabar bien la temporada y hacerlo lo mejor posible", apostilla el de Salceda de Caselas, quien
también ha sido vinculado con la Real Sociedad y con el Villarreal de Unai Emery, con el que ya vivió una relación de amor-odio en Sevilla FC: "Después de la temporada (en Sevilla) el Barcelona me quería recuperar y el Sevilla planifica sin contar conmigo porque yo en teoría iba a volver. Luego aparece que la sanción al Barcelona que no podía fichar. Vuelvo a Sevilla, el equipo estaba hecho, había tres jugadores en mi puesto, y yo quería jugar mucho. Me llamó Marcelino y me dijo que me fuese.
Me estuve peleando 15 días con Unai porque no me quería dejar salir".En cualquier caso,
su prioridad a día de hoy es seguir en el Celta, a pesar de que en su interior piense que todo lo sucedido no es más que una artimaña para que el club se ahorre su último año de contrato. Tiempo al tiempo.