Pese a que allí siguen hablando de fichajes, la realidad es otra. Y no hay dinero para ello.
Las dificultades y ajustes económicos que atraviesa el Barça quedan de manifiesto en
Quique Setién. El técnico cántabro fue despedido en agosto y cinco meses después, como él mismo reconoce, aún no ha cobrado.
Al contrario que su cuerpo técnico, que cedió mucho para que se resolviera su situación, el exentrenador del Betis está a la espera de que se resuelva su denuncia, como así admitió ayer en El Larguero, donde
rompió su silencio con motivo de la llegada de Eder Sarabia al Andorra.
“No, el Barcelona todavía no me ha pagado. Estamos a la espera”, indicó.El Barça tiene hasta el 30 de junio del 2021 para abonar el finiquito y llegar a un acuerdo con su exentrenador. En caso de no que no hubiera acuerdo por esa fecha o no le hubieran pagado,
la RFEF impediría que el club blaugrana pudiera tramitar la licencia del entrenador que les vaya a dirigir en la temporada 21/22. Ni tampoco inscribiría a ningún fichaje.
Lógicamente, el club no llegará hasta ahí. Pero
está alargando los trámites para trasladar el problema a la nueva directiva o ver si Setién acaba cediendo antes de que se cumpla ese plazo, en el que ya no estarán ni los que le dejaron de abonar lo que le debían (Bartomeu) ni los que ahora ocupan su lugar de forma provisional.
La cifra que le deben no es baja. Setién tenía un contrato anual de
seis millones de euros brutos, 500.000 brutos por mes. Y contrato hasta 2022, aunque el club le podía despedir en junio de 2021, que es hasta donde tendrá que pagar. Aún no lo ha hecho.