Catorce años después de su última presencia en la máxima categoría, en la temporada 2005-06, el Cádiz ha recuperado esta noche la categoría de Primera División. La victoria del Real Oviedo en La Romareda frente al Zaragoza (2-4) ha dejado a los maños sin opciones de alcanzar a los gaditanos, que consiguen su sexto ascenso a la máxima categoría cuando se cumple el cuarenta y tres aniversario del primero.
En estas cuatro décadas, el Cádiz ha vivido situaciones de todo tipo, pudiendo presumir de su etapa dorada de los años ochenta entre los grandes del fútbol español y estrellándose años más tarde en los infiernos de la Segunda B, un periodo oscuro en el que corrió peligro la supervivencia de la entidad.
El primer ascenso del Cádiz a Primera División llegó en la temporada 1976-77 de la mano del entrenador madrileño Enrique Mateos. Un triunfo por 2-0 en el estadio Ramón de Carranza contra el Tarrasa, con goles de Villalba y Ortega, le daba la primera gran alegría a los gaditanos.
Desde entonces y hasta mediados de los ochenta, el Cádiz alternó ascensos con descensos inmediatos, ganándose en Primera División el apelativo de 'matagigantes' al vencer al Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid y a otros grandes de la época que peleaban por el título de Liga, como la Real Sociedad y el Athletic Club.
Las andanzas dentro y fuera del campo de Mágico, su genialidad y a la vez indolencia, los regates inverosímiles y las largas noches de fiesta han hecho correr ríos de tinta. Los aplausos por sus jugadas y goles se mezclaban con la desesperación de entrenadores, que lo terminaban alineando porque, sencillamente, era el mejor pese a su vida disoluta.
Tras un nuevo descenso, con el catalán Benito Joanet al mando se logró el cuarto ascenso al final de la campaña 84-85. Desde la siguiente temporada se encadenaron ocho años seguidos en la máxima categoría en los mejores años del club gaditano.
Después de obtener la primera permanencia en la temporada 85-86 con Francisco García 'Paquito' como entrenador, las siguientes campañas en Primera estuvieron marcadas casi siempre por la intriga y la emoción hasta el último instante.
Con un equipo plagado de canteranos y entrenadores de la casa como David Vidal o Ramón Blanco, se labraron permanencias agónicas en el último partido o en promociones cuyos ingredientes principales eran el suspense o las tandas de penaltis eternas.
Aquello acabó a primeros de los años noventa. Dos descensos seguidos dieron en 1994 con los huesos del Cádiz en Segunda B, de donde costó salir muchos años. Y cuando se logró, vuelta al fútbol profesional, quinto ascenso a Primera en 2005 de la mano del uruguayo Víctor Espárrago y de nuevo caída a los infiernos.
El mejor fichaje de Vizcaíno arribó en 2016 al banquillo del Cádiz. El exfutbolista internacional Álvaro Cervera consiguió devolver aquel año al equipo al fútbol profesional y, cuatro temporadas más tarde, ha logrado meterlo en Primera División en el sexto ascenso de la historia.
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