Acaba de cumplir 31 años pero lleva más de un tercio de su vida en los banquillos de fútbol. Ha vivido experiencias de todos los colores y sabores pero siempre con una denominador común: el aprendizaje.
Guillermo Abascal acaba de dar el salto de forma oficial al primer equipo del
Ascoli, de la
Serie B italiana. Ya dirigió un partido al equipo italiano, con victoria ante el Livorno, pero aquello fue el 1 de febrero y luego llegaría un nuevo técnico, Stellone. Pero la breve etapa de este último ya es historia también y el Ascoli ha vuelto a confiar en el joven técnico sevillano, que lo estaba bordando en el
Ascoli Picchio Primavera, el filial, hasta final de temporada para evitar el descenso de categoría. A casi 2.500 kilómetros de distancia de Sevilla,
Guille Abascal atiende la llamada de ESTADIO Deportivo.- Imagino que el teléfono no parará de sonar estos días...- La espera ha sido difícil, ahora estamos viviendo un momento de incertidumbre pero seguimos trabajando, tenemos reuniones casi todos los días, hacemos entrenamientos individualizados y preparamos cosas que a la semana siguiente hay que reestructurar, hacemos planes de entrenamiento sin saber plazos, hoy tenemos una reunión todos los técnicos de la Serie B para tratar una posible vuelta a los entrenamientos, se hablaba del cuatro de mayo pero parece que de momento será el 18 de mayo.
- Ya puede decir oficialmente que es entrenador de la Serie B, ¿cómo se siente?- Esperábamos al anuncio oficial, estaba en el aire. Después de la derrota ante la Virtus Entella estaba todo en el aire pero yo estaba preparado. Sabía que el presidente y el director deportivo me tenían ahí para coger las riendas después de que lo hiciera en el partido ante el Livorno. Ahora puedo decir que soy entrenador del Ascoli. Mi contrato es hasta final de temporada, cuando acabe tendríamos que sentarnos a hablar porque yo tenía un contrato diferente con el Primavera, con una ocpion de renovación, pero esa opción desaparece ahora que estoy en el primer equipo. Ya habrá tiempo para eso, ahora mismo me quedo con lo bonito de la oportunidad de ser entrenador de la Serie B.
- ¿Su mejor aval ha sido su trabajo en el filial?- Mi papel en el filial y en el partido ante el Livorno. Esa fue la confirmación. También el tener la buena opinión de toda la plantilla y el resultado que se trasladó al campo. Se supone que vamos por buen camino para la renovación.
- Imagino que con muchas ganas de poder regresar a la competición.- Sí, en principio las conversaciones son buenas pero con esta situación todo está en el aire. No sabemos cuándo vamos a volver a competir, pero me tengo que quedar con lo que ha pasado, hasta hoy hemos hecho una temporada muy buena en el Primavera, a un punto de amarrar la promoción de ascenso, eso es un trabajo realizado y ahora tengo otro por realizar con el primer equipo.
- El Ascoli comenzó la temporada con la aspiración de luchar por el ascenso, ¿ha cambiado ese objetivo?- A nivel de gasto el Ascoli es el séptimo u octavo de la Serie B, el objetivo a principio de temporada siempre fue la de entrar en el play off de ascenso pero ahora el objetivo ha cambiado, no es otro que la salvación, tenemos un partido menos que el resto pero es contra el Cremonense, que está en promoción de descenso, si perdemos caemos al hoyo.
- Ha decidido no viajar a Sevilla y quedarse en Italia.- En principio íbamos a ir para Sevilla porque era el cumpleaños de mi padre, íbamos a viajar pero al final no nos merecía la pena porque no sabíamos cuando íbamos a volver a jugar, hoy es la primera vez que puedo ir a la ciudad deportiva desde que se paró el fútbol. Tenemos que ver cómo vamos a preparar los primeros entrenamientos individuales, tenemos que utilizar cuatro campos y dividirlos en pasillos de cinco metros para estar separados. Los vestuarios está preparados para que solo puedan acceder cinco jugadores por vestuario, tenemos que ir allí y ponernos de acuerdo porque las dos primeras semanas será de trabajo individual.
- ¿Y cómo lleva desde la distancia toda esta situación de la pandemia?- Lo cierto es que siempre he sido un poco antiteléfono, no estoy siempre enganchado, pero en este periodo lo he estado más que nunca en mi vida. Tengo un hermano gemelo en Madrid, otro en Sevilla con su niña de dos años y mis padres en casa. Imagínate ellos pensando que tienen a dos niños lejos y uno en Italia, intento estar cerca de ellos en su preocupación, con muchas videollamadas como todos. Por suerte, Ascoli ha tenido pocos contagios y pocas muertes, se tomaron medidas con mucha responsabilidad.
- Ya tuvo la oportunidad de dirigir al Ascoli en la Serie B en un partido y consiguió el triunfo ante el Livorno por 0-3, de hecho, esas fue la última victoria del equipo. ¿Cómo recuerda aquella semana?- Tengo la fortuna de que dos jugadores del primer equipo ya los tuve en el Lugano, Piccinocchi y Brlek y me conocían. Afrontamos esa semana como si fuera la primera semana de un campeonato, intenté evadirme de lo que pasó el equipo, intenté ser lo más sincero posible, decirles a los jugadores lo que pensaba y hacerles ver que también que tenían la capacidad suficiente para cambiar la situación. Tuve la ayuda de mi preparador físico, Carlos, y nos dividimos un poco el staff, pero él se vino conmigo. Sentimos un ambiente positivo, ellos también necesitaban esa forma de ver y de entrenar, ellos nos habían visto con el filial y tenían interés y ganas. Intente borrar los pensamientos negativos, no evaluarlos por lo que habían hecho. Así preparamos el partido, hablándoles con claridad y haciendo que ellos se olvidaran de lo que habían vivido.
- ¿Qué cree que pudieron pensar sus jugadores al ver un entrenador tan joven? No es algo habitual...- Ya tengo la experiencia de Lugano, donde tuve jugadores de una talla importante, veteranos y con experiencia como por ejemplo Janko, el capitán de Austria. Aquí los veteranos se han plegado a nosotros porque muchos se quedaban a ver nuestros entrenamientos, veían cómo trabajamos. Ellos son los primeros que quieren ser ayudados y no quieren que lleguen imponiendo nada, trabajamos desde el convencimiento con las herramientas necesarias. Esa es la base de nuestro trabajo. Ellos tenían esa curiosidad, algunos jugadores venían del Sassuolo donde está De Zerbi, un técnico joven con una propuesta de juega ofensiva y vertical.
- En ese partido, cambió el sistema utilizando un 4-3-3, un dibujo que su antecesor no utilizó y a usted le funcionó...- Creo que en una plantilla es muy importante la adaptación. No creo mucho en los sistemas sino en los jugadores. En el juego se producen diferentes situaciones de campo y combinaciones, creía que el equipo, por sus características, se adaptaban a jugar abiertos, con un centro del campo de tres, pero no porque sea el sistema que más me gusta sino porque creía que era la que mejor se adaptaba a las características de los jugadores, y eso les da a la vez a ellos la confianza necesaria para saber que están dentro de un sistema que les permite dar el máximo de sí mismos, sin menospreciar otros sistemas de juego, pero buscábamos los automatismos, creemos mucho en eso.
- Recuerdo que en una anterior entrevista a ED dijo que uno de sus objetivos era hacerse un hueco en el Calcio, ¿se siente más cerca de lograrlo?- Esta oportunidad me llegó casi de casualidad. Yo estaba en el Cádiz y se disputaba el Europeo sub 21. Fue una petición mía a Óscar Arias la de venir a ver en directo el Europeo, aquí además tenía buenos contactos y al segundo día de llegar a Italia recibí una llamada de un ex del Chiasso, él me propuso venir al Ascoli y coger el Primavera. Era una oportunidad perfecta para entrar en el fútbol italiano, para empezar desde la base, es difícil que un entrenador español entrene en Italia y lo cogí con la mayor ilusión, éste es el reto más importante de mi carrera hasta el día de hoy. Soy una persona con las ideas muy definidas y no lo dudé ni un minuto. Ocho meses después creo que acerté con mi decisión.
- ¿Ha notado que por el hecho de venir de fuera la presión es mayor?- Están esperando el momento que tengas una derrota... pero eso es un motivo más de satisfacción. Eso me sirve para trabajar y mejorar mi nivel. Vivo la presión en el fútbol como una forma de transformarlo en una motivación extra para poder responder con mejores armas, al final tenemos que convivir con ello. Creo que es muy importante en el fútbol de hoy, trabajar desde la convicción y no desde la imposición, intentando poner las cartas boca arriba, dejar las cosas claras con tus jugadores, cómo te vas a comportar, y sobre todo, tomar decisiones sin ser injusto. El mayor error es querer comportarse igual con tus 25 jugadores, hay que tratar a cada uno como se merece, pero siempre teniendo a todos enchufados por el mismo objetivo.
- A nivel de canterano ha trabajado tanto en España, en el Sevilla, como ahora en Italia con el Ascoli, ¿hay diferencias en el fútbol base de ambos países?- Es muy diferente porque el modelo de competición también lo es. Aquí depende mucho de la categoría, si estás en un equipo de Seria A o B juegan una Liga Primavera con ascensos y descensos, y ahí tratan al futbolista de 15 años ya como un profesional. Si tu equipo ya baja a Serie C ya no es profesional, y el trato al jugador es muy diferente. Se cometen varios errores en mi opinión como el de tratar al jugador tan joven como profesional cuando se sabe que de 1000 llega uno a la elite. La frustración entonces es muy grande. En la parte positiva de la balanza está que el círculo de jugadores con nivel se cierra más, el radio de jugadores que pueden participar para llegar a la Serie A es más pequeño, por ejemplo en España en un División de Honor puedes jugar en el Calavera o en el Torreblanca y luego ser llamado por un equipo de Segunda división o del extranjero.
- Entiendo por sus palabras que usted es partidario de que los filiales jueguen con otros equipos no filiales, ¿o ve factible una liga de filiales en España como muchas voces defienden?- Creo que es bueno que juegen en Segunda B. Eso le da tiempo al club de hacer crecer al futbolista en el ámbito de la profesión desde que son canteranos. Aquí, tu cedes a un jugador a un equipo de la Serie C, por ejemplo un jugador que viene de crecer en una cantera buena, y al final destituyen al entrenador, llega otro que solo mira por el resultado y el jugador se pierde. Es muy importante que en España los filiales puedan llegar hasta Segunda división, eso hace que el producto nacional crezca
- ¿Qué queda de aquel Guille Abascal que se marchó a Suiza para dirigir al Chiasso y al Lugano?- Esa pregunta la resolvería mejor mi compañero de viaje que es Carlos. He cambiado mucho creo, ha pasado tiempo, son dos países diferentes. En Suiza viví una situación en la que todavía no entiendo cómo no seguimos trabajando allí. También he tenido un crecimiento personal en madurez, en cómo afrontar y dirigir las situaciones, cómo evaluar y analizar la derrota y la victoria. Los pequeños detalles del día a día, y lo que he vivido, como las relaciones personales en los clubes te pueden ayudar o perjudicar. Por desgracia en el fútbol tienes que rodearte de personas que tengan los mismos objetivos que tú, es mucho más importante la veracidad y el valor del proyecto que la categoría, sentirse partícipe con la idea de las personas que te rodean es fundamental.
- Imagino que espera que algún día le den las llaves de un banquillo en España.- En su momento decidí salir porque quería tener mayores experiencias y curtirme en el fútbol. He experimentado diferentes niveles de presión para mejorar, crecer y tener mayor versatilidad. Tengo buenos recuerdos de mi etapa en el Sevilla y en el Cádiz. Estoy en el extranjero pero miro siempre de reojo a España, ojalá algún día tenga la oportunidad. En su día salí fuera para crecer, para irme siendo un niño y volver siendo adulto como se dice. He vivido grandes experiencias, en casa sería uno más, quiero aportar cosas, espero volver y ojalá sea también en el sur.