El expresidente del Sporting de Portugal Bruno de Carvalho fue dejado en libertad hoy, cuatro días después de ser detenido por presuntamente orquestar la agresión de medio centenar de hinchas a jugadores y cuerpo técnico del club en mayo, un suceso que le costó el puesto.
El magistrado decretó su puesta libertad contra el criterio de la Fiscalía, que pedía prisión preventiva, con la obligación de presentarse diariamente en una comisaría de policía y pagar 70.000 euros de fianza. La decisión llega cuatro días después de su detención, motivada por 56 delitos que le atribuye la Fiscalía portuguesa en relación a este ataque, entre ellos "secuestro" y "terrorismo".
El Ministerio Público considera al exlíder leonino "autor moral" del ataque cometido en la ciudad deportiva de Alcochete por medio centenar de radicales que, con la cara cubierta y antorchas, ingresaron en el recinto, aparentemente sin encontrar resistencia, y golpearon a jugadores y personal técnico. A las patadas y puñetazos se sumaron incluso amenazas de muerte, especialmente a los argentinos Marcos Acuña y Rodrigo Battaglia, según declararon los jugadores ante la Policía. El suceso, que conmocionó al mundo deportivo luso, se produjo en un contexto de extraordinaria tensión, después de que De Carvalho criticase a sus jugadores tras perder ante el Atlético de Madrid, un mes antes, en la Liga Europa, y de que el conjunto verdiblanco encadenase varias derrotas en competiciones lusas.
Las autoridades que se hicieron cargo de la investigación pusieron el foco desde el primer momento en la facilidad con la que los hinchas ingresaron en las instalaciones y la posibilidad de que tuvieran autorización para entrar, una cuestión que derivó este domingo en la detención del expresidente. Junto a él, también fue detenido Nuno Mendes, alias "Mustafá", líder del grupo de ultras "Juventude Leonina", con el que De Carvalho mantiene una estrecha relación, según la prensa lusa.
La puesta en libertad del exdirigente fue recibida con cánticos por decenas de seguidores a las puertas del juzgado, donde reafirmaron su confianza en la inocencia de quien estuvo al frente del club durante cinco años plagados de polémicas. Controvertido, visceral en sus afectos y sin pelos en la lengua, De Carvalho, nacido en 1972 en Mozambique, entonces colonia portuguesa, se ha enfrentado en ese tiempo con presidentes rivales, como el del Arouca, Carlos Pinho, quien aseguró que llegó a escupirle. También con el líder del Sporting de Braga, António Salvador, a quien calificó en redes sociales como "paleto, inútil y estafador".
El ataque de Alcochete fue la gota que colmó la paciencia de los socios del Sporting, el 70 % de los cuales votó a favor de su destitución en junio, el mismo mes en el que se consumó la marcha del entrenador, Jorge Jesús, y la rescisión de contrato de nueve jugadores, aunque algunos de ellos regresaron más tarde.