Luis Casimiro, entrenador del Real Betis, ha advertido este viernes que "ganar un partido fuera de casa es complicado y más, hacerlo en el Martín Carpena", la pista de Unicaja, donde los béticos se medirán el domingo a un conjunto malagueño que "viene de jugar muy bien ante Obradoiro".
Casimiro explicó que Unicaja "debía ganar" a los gallegos "para no meterse en problemas" y lo hizo tras "jugar con solvencia, buena defensa y siendo muy eficaz", una prestación que le ha servido como "referencia para preparar el choque" ante un equipo que es "más agresivo en defensa y que corre más, con mucho ritmo en ataque".
El técnico manchego entrenó en Málaga hace unos años y aunque volvió "al Carpena con Zaragoza, estaba vacío" por las restricciones sanitarias, pero ahora regresará con público a un pabellón donde siempre lo han tratado "muy bien" para jugar "un partido más trascendental que para ellos tras su victoria ante Obradoiro".
Casimiro tendrá a toda la plantilla disponible pese a que "Leslie sufrió un golpe el domingo" y por eso cree que no se puede "quejar de la falta de jugadores" -"no es el momento de llorar", dijo-, si bien reveló que "el club está en el mercado y la historia está llena de jugadores que con pocos partidos, rindieron mucho y ayudaron a cumplir el objetivo".
Sin embargo, el técnico bético cree que el principal defecto de su equipo es que "se deshace" en cuanto el rival "toma una renta de nueve puntos, que no es nada", por lo que pidió "jugar con entusiasmo cada situación de partido. Por dos malas acciones no se puede abandonar porque hoy es más sencillo reducir ventajas en contra" y por eso trabaja para "dinamizar el aspecto anímico".
"El Barcelona nos hace 80 puntos y competimos en tres cuartos. Hemos dado un paso adelante en el aspecto defensivo. Recibimos menos puntos, recuperamos más balones aunque perdamos. Las ventajas en contra nos están pasando factura. Hay que pensar que estando detrás en el marcador hay que mantener la personalidad", añadió Casimiro.
El entrenador bético no quiere que "esto se tome como un reproche al equipo" porque "es un problema más mental que de actitud: todos son buenos chicos, trabajan al máximo y no se les puede pedir más", dijo.