La crisis de un calendario de competición "sobrecargado" se incrementa cada día dentro de la NBA y cada vez son más los protagonistas dentro de la liga que como el entrenador de los Golden State Warriors,
Steve Kerr, tratan de ayudar a buscar una solución "razonable" que beneficie a todos y su oferta es la de reducir salarios por menos partidos.
Kerr, discípulo predilecto de Gregg Popovich, que hace 10 años ya se adelantó al grave problema que viven todos los equipos con la saturación de competición a la que tienen sometidos a los jugadores y en especial a las estrellas, declaró esta noche que había llegado el momento de buscar soluciones.
"No tendría ningún problema en reducir mi salario a cambio de menos partidos", señaló, el entrenador de los Warriors de Golden State. "Creo que si bajamos de los 82 a los 75, la reducción haría una diferencia considerable en el rendimiento de los jugadores, pero entiendo que con el dinero que ahora recibe la NBA es no será posible".
Se refiere a los multimillonarios contratos de televisión que obliga que las estrellas tengas que estar en todos los partidos, a lo que entrenadores como Kerr,
Popovich y
Rick Carlisle, de los Dallas Mavericks, no están dispuestos a cumplir.
Popovich, el mejor entrenador de todos los tiempos dentro de la NBA, ya hace 10 años fue el pionero que se enfrentó a toda la política de máxima explotación comercial que montó el excomisionado, David Stern, y que su discípulo Adam Silver quiere seguir e incrementar.
Pero si entonces Stern tuvo que claudicar ante Popovich, que por cuenta propia comenzó a darle descanso a los jugadores estrellas del equipo como el expívot
Tim Duncan, el escolta argentino
Manu Ginóbili y el base francés Tony Parker, ahora su causa es defendida y puesta en práctica por la mayoría de los entrenadores de la NBA.
Ante tal revuelta, Silver se ha dedicado a enviar una carta interna a los dueños de los equipos a los que advierte de las "graves" consecuencias económicas si no se cumple con las obligaciones que han adquirido en los contratos de televisión y que les obligan a que en todos los partidos televisados deben jugar las estrellas.
Es tan grave el asunto que Silver, en la misma carta, también les adelantó a los dueños que en la próxima reunión que van a tener el 6 de abril, el asunto de dar descanso a las estrellas sería el asunto principal a tratar.
Especialmente cuando se trata de equipos como los Warriors y los Cleveland Cavaliers, que en los dos últimos partidos televisados por la cadena ABC han dado descanso a las grandes estrellas y son la base por la que la NBA firmó un contrato por nueve años y 24.000 millones de dólares que va a recibir por los derechos de trasmisión de la liga.
"Creo que mi idea no va a dar una solución perfecta, pero puede mejorar la situación de una manera considerable y ayudar a la preparación del calendario para la próxima temporada", valoró Kerr. "Desde mi punto de vista lo que dice la carta del comisionado es acertado en cuanto a que los equipos deben compartir con la liga sus decisiones con relación a los jugadores, pero estos también tienen argumentos y razones que les apoyan".
Kerr fue categórica al admitir que
los grandes perdedores son de nuevo los aficionados que no pueden ver a las estrellas cuando descansan, pero por otro lado como responsables que deben velar por la integridad física y buena condición de los jugadores no pueden arriesgarlos a que se rompan por completo antes que concluya la temporada regular.
"Aquí no se trata de si el asunto es bueno o malo, sino de servir lo mejor a la liga, pero sobre todo a la salud de los jugadores y ese debe ser el compromiso de todos", subrayó Kerr. "Con entender el calendario entre 7 a 10 días el próximo año puede ayudar, pero será una labor de todos los implicados".
Por su parte, Popovich dijo que se sentía muy satisfecho que por fin
todas las partes asuman con seriedad el grave problema de un calendario "brutal" que existe actualmente y se busque un punto de acuerdo que beneficie a cada uno de los implicados.
Lo mismo piensa
Carlisle, presidente de la asociación de árbitros de la NBA, que admite haya preocupación en todos los estamentos de la liga por la realidad que se vive.
Pero Carlisle también fue categórico cuando dijo que un entrenador no puede pensar en repercusiones económicas cuando tiene que tomar decisiones sobre el estado físico de un jugador tras consultar con los preparadores físicos, los expertos en la ciencia del deporte y en el equipo médico.
"No es fácil ni simple", subrayó Carlisle. "Cuando trabajas en esta liga te sientes identificado con los jugadores y percibes como es su estado tanto físico como emocional y el darle descanso una noche puede hacer una gran diferencia el resto de la competición", señaló Carlisle. "Los aficionados deben entender que el darle descanso a los jugadores es lo correcto hacer y admitió que las televisiones también defiendan el dinero invertido".
Lo que si aseguraron Kerr, Popovich, Carlisle, y el alero estrella de los Cavaliers,
LeBron James, que ha sido el profesional que más ha defendido la política de dar descanso a las figuras, es que la misma ha llegado para quedarse dentro de la NBA.