Francisco Salas3 min lecturaEl inicio del curso en el Mundial de MotoGP ha dejado grandes momentos para algunos, especialmente para Marc Márquez, erigido como gran favorito y dominador en su llegada al Ducati Lenovo, pero también muy malos para otros. Dentro de los segundos el que más esta sufriendo es sin duda alguna Pedro Acosta, pues la KTM con la que maravilló al mundo el año pasado en el inicio del curso ha dejado de ser efectiva y ahora está más cerca de las marcas japonesas que del dominio ducatista y Aprilia, que le va a la zaga. Pero más allá de eso, al murciano no le está saliendo nada bien.
Su montura, otrora una de las mejores, ha pasado a perder muchos enteros debido a que la crisis económica que sacude al mayor productor de motos de Europa ha afectado a la división de competición, de hecho, se puede ver en que ni Brad Binder, su compañero, ni los pilotos estrellas fichados por la estructura satélite, Enea Bastianini y Maverick Viñales, que vienen de ganar carreras el año pasado, están siendo capaces de conseguir buenos resultados. Pero además, el de Mazarrón se ha encontrado una complicación física inesperada.
En la cita de Argentina sufrió algo que ya le pasó en alguna cita del curso pasado, pero que había podido tapar hasta ahora, el agarrotamiento de sus brazos, una vez pasado el ecuador de la carrera, es decir, síndrome compartimental en ambos brazos. Este problema, que afecta a gran parte de los pilotos, tiene fácil solución, la de operarse, pero por ahora el 'tiburón' no plantea hacerlo, pues ya lo esquivó el año pasado y ahora quiere seguir en la misma línea. De hecho, va más en la cuerda de que la moto debe ser más estable para no sufrirlo.
Esto no hace más que complicar las cosas para los de Mattighofen, pues ya ha dicho por activa y por pasiva el español que para seguir con ellos necesita respuestas en forma de una moto que cumpla con las previsiones y con sus objetivos, algo que por ahora no le han dado. Además, Ducati sigue al acecho y está esperando la más mínima oportunidad para cumplir el sueño de subirle a una GP25 ya el próximo año, algo que no descartan en caso de que no llegue la esperada mejora. Ya ha habido contactos y todo sigue el camino establecido, más aún si siguen apareciendo defectos en la KTM.