Sepang (Malasia), 5 nov (EFE).- Cuando comenzó el periplo transoceánico del mundial de motociclismo, en el Gran Premio de Japón, llegó el primer título matemático de la temporada, conseguido por el español Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V) en el "Twin Rinf" de Motegi, y ahora, en Sepang, última cita de esa gira, el español Jorge Martín (Honda) y el italiano Francesco Bagnaia (Kalex) han sentenciado los de sus respectivas categorías.
Ello implica que la última carrera de la temporada, el Gran Premio de la Comunidad Valenciana en el circuito "Ricardo Tormo" de Sepang, será una auténtica fiesta para todos, tanto para los aficionados que se desplacen como para los pilotos, que sin la presión de tener que ganar seguro que serán capaces de dar el máximo de sus posibilidades.
Pero para ello, en Sepang, escenario del Gran Premio de Malasia y sobre el que hubo muchas dudas por las lluvias monzónicas que trastocaron todos los planes aunque al final todo se quedara en "agua de borrajas", al menos hasta que acabaron todas las carreras, se tenían que producir una serie de circunstancias y se produjeron.
Quien más difícil lo tenía era Jorge Martín, pues el madrileño llegó a Sepang con apenas doce puntos de ventaja a pesar de acumular seis victorias a lo largo de la temporada y, por ello, además de pensar en meter el máximo de presión a su rival, el italiano Marco Bezzecchi (KTM), para que cometiese algún error, éste no podía acabar entre los cuatro primeros.
Se trataba de sumar trece puntos más que él, fuese como fuese, aunque él sólo podía hacer lo que en realidad hizo, ganar la carrera, que además ganó con autoridad ya que cuando consideró que tenía neumáticos suficientes como para tirar hasta el final saltó a la palestra y a ritmo de más de medio segundo de diferencia con respecto a cualquier de sus rivales se fue en pos de la victoria.
Martín sabía y reconoció que había ganado con "solvencia", pero se trataba de saber qué habría sido capaz de hacer, por detrás, su rival y Marco Bezzecchi falló, quizás por el esfuerzo de las primeras vueltas o, quizás, por la presión de una situación que al ver que se escapaba su rival por el título se le fue complicando más y más con sus propios compatriotas Lorenzo Dalla Porta y Enea Bastianini, ambos pilotos de Honda, que le doblegaron, como también el español Albert Arenas (KTM).
Lo que parecía muy complicado que sucediera, sucedió. España tenía un nuevo campeón del mundo, un campeón de números y de vueltas rápidas puesto que el madrileño de nacimiento, en realidad el primer madrileño de pura cepa, puesto que Ángel Nieto, aunque madrileño de adopción había nacido en Zamora.
Y es un campeón de "números", porque Jorge Martín ha logrado con su primer título mundial que el número de éstos para los representantes españoles sea cincuenta, además de la victoria seiscientos del motociclismo español y convertirse en el vigésimo piloto español que tiene algún cetro del orbe y, por si fuera poco, de diecisiete carreras válidas en 2018 ha sido el más rápido de entrenamientos en diez ocasiones, y también en Silverstone (Inglaterra), aunque el gran premio se anulase por la lluvia.
Muchos sufrimientos y penurias familiares quedaron atrás para Jorge, que de los primeros que se acordó nada más saber que era campeón del mundo fue de toda su familia, con Ángel y Susana, sus padres, a la cabeza.
Y si el Gran Premio de Malasia dio el segundo título de la temporada, que parecía el más complicado por las cábalas numéricas, la segunda carrera del programa de competición "regaló" el tercero, aunque éste más esperado, pues el italiano Francesco Bagnaia (Kalex), tenía una ventaja de 36 puntos sobre el portugués Miguel Oliveira (KTM) y se dedicó a controlar toda la prueba al lusitano mientras su compañero de equipo, Luca Marini, hermanastro de Valentino Rossi, conseguía la primera victoria mundialista de su carrera deportiva.
Juan Antonio Lladós