Phillip Island (Australia), 24 oct (EFE).- El español Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V) es ya matemáticamente campeón del mundo por quinta vez de MotoGP y lo que resta de temporada será para él una "paseo triunfal", mientras que en el caso del italiano Andrea Dovizioso (Ducati Desmosedici GP18) le tocará sufrir para intentar defender un subcampeonato que peligra por la proximidad de su compatriota Valentino Rossi (Yamaha YZR M 1).
Márquez puede afrontar lo que resta de la temporada, todavía tres grandes premios, Australia, Malasia y Comunidad Valenciana, como un reto para saber cuántas victorias más podrá acumular en su cuenta personal hasta el final del año, aunque con la ventaja de saberse ya campeón y, por ello, de haberse quitado la presión que esa situación representa para los pilotos.
El piloto de Repsol Honda acumula ya ocho triunfos, es con diferencia quien más grandes premios ha ganado en la temporada 2018 pero ni eso, ni el hecho de ser ya campeón le restarán las ganas de continuar sumando victorias e hitos deportivos a su ya de por sí prolija carrera deportiva con apenas 25 años.
Si el futuro inmediato de Marc Márquez se perfila tranquilo y hasta exultante, no sucede lo mismo con quien hasta ahora era su rival más directo para el título, Andrea Dovizioso, a quien la caída del pasado fin de semana en Motegi le ha supuesto perder toda la ventaja con que contaba respecto a su perseguidor más inmediato, Valentino Rossi, quien ahora se encuentra a escasamente 9 nueve puntos en la clasificación provisional del mundial.
Así, Dovizioso y Rossi será los protagonistas de la pelea más interesante en lo que queda de campaña, la pelea por el subcampeonato, y no parece que Phillip Island, el bello trazado australiano, sea el mejor escenario para las Ducati, aunque el piloto de Forlí ya ha demostrado que la Desmosedici van bien casi en cualquier trazado.
Dovizoso tendrá que esforzarse al máximo para intentar mantener la segunda plaza del mundial en los tres grandes premios que restan por disputarse, de los ataques de su compatriota Rossi.
El nueve veces campeón del mundo italiano seguro que, como "zorro viejo" que es, intentará de todas las maneras posibles mejorar su situación en una temporada que no ha sido, de ninguna manera, como él o su compañero de equipo Maverick Viñales, hubiesen deseado que transcurriese.
Los problemas con el motor de su Yamaha les han condicionado en demasía y los resultados no han llegado nunca, obligándoles a ser protagonistas de la peor racha de derrotas del fabricante de Iwata, que no gana ningún gran premio desde el año pasado en Holanda, precisamente de la mano del italiano.
Ducati ha optado por el español Álvaro Bautista para cubrir la plaza del lesionado Jorge Lorenzo en Australia, en lo que bien podría considerarse el justo premio para el de Talavera de la Reina, quien a pesar de haber destacado y mucho en la segunda parte de la temporada -en Japón logró su mejor resultado con una quinta plaza- el próximo año se tendrá que ir al mundial de Superbike al quedarse sin plaza en MotoGP.
En cualquier caso Bautista puede conseguir marcharse por la "puerta grande" con esta oportunidad que le brinda Ducati, de la que será piloto oficial en 2019 en el mundial de las motos de serie.
Por lo visto en Motegi, las Suzuki oficiales bien debieran de ser las "terceras en discordia" de la mano de sus pilotos oficiales Alex Rins y Andrea Iannone, quienes estuvieron casi hasta el final en la pelea por el podio y sólo la caída del italiano les privó de un resultado mejor, puesto que el español acabó en una brillante tercera plaza tras Márquez y el británico Cal Crutchlow (Honda RC 213 V).
Y Crutchlow puede ser otro de los pilotos que destaque en Phillip Island, además del francés Johann Zarco (Yamaha YZR M 1), quien en Motegi comenzó muy fuerte la carrera pero luego fue perdiendo fuelle poco a poco.
Aleix Espargaró piensa ya más en la temporada 2019 que en la actual, en la que la progresión de su Aprilia RS-GP no ha sido la esperada, lo que no por ello le resta ganas de continuar, máxime porque en Phillip Island podrá probar algunas piezas de evolución con las que continuar el desarrollo de la moto de 2019.
Su hermano Pol Espargaró, en KTM, necesita seguir trabajando y completar el máximo de kilómetros posibles en una temporada aciaga por culpa de las lesiones, en la que la rapidez de progresión de la RC 16 no ha sido, ni mucho menos, la esperada.
Juan Antonio Lladós