Si Fernando Alonso no ha aprendido tras más de veinte años de carrera es porque no ha querido hacerlo. Y lo ha pagado. El piloto asturiano no sólo no se calla, sino que no duda en atizar y dejar claro lo que no le gusta, sea quien sea a quien le toque. Y casi siempre le toca al más poderoso.
Eso, aunque no lo reconozcan, se ha traducido en sanciones y en todo tipo de arbitrariedades que le han afectado a él directamente e, indirectamente, a su equipo. El mejor ejemplo lo tuvimos a principios de temporada con las sanciones inexplicables que nunca más se vieron.
El piloto asturiano mantiene desde hace tiempo su particular 'guerra' con la FIA por culpa de las carreras al Sprint, con las que está totalmente en desacuerdo. Y ahora ha abierto otro frente: el de la carrera en el circuito urbano de Bakú.
Fernando Alonso quiso explicar que hasta la noche, cuando analizaran todos los datos que habían podido sacar de un viernes productivo, no sabrían qué dirección tomar, pero aprovechó para darle un toque a los que mandan por llevar la Fórmula 1 a un circuito como ese. "¿Quién sabe? Venimos aquí por obligación de la FIA (Federación Internacional del Automóvil) y de la FOM (Fórmula Uno), pero no tenemos nada que expresar, porque no conocemos los datos aún. Lo siento de veras", señalaba el piloto de Aston Martin en un video difundido por la propia F1.
Alonso no quiso pasar de ahí y reiteró que no sabían aún nada porque tenían que ver "con los ingenieros" lo que habían podido probar antes de tomar "la dirección que pensemos que es la mejor".
Menos crítico y más optimista era un Carlos Sainz que también reconocía que correr en Azerbaiyán siempre es difícil. "Tuvimos el habitual viernes complicado aquí en Bakú, con muy poco agarre al principio. Y luego nos encontramos con una pista diferente y que evolucionaba a lo largo del día", señalaba el piloto madrileño, que veía muchas diferencias en su Ferrari con respecto al pasado año. "Fuimos casi cuatro o cinco segundos más lentos que el año pasado y era difícil leer correctamente el balance del coche", señala el piloto de Ferrari.
Su compañero, Charles Leclerc, tampoco estaba muy satisfecho, aunque se culpaba a sí mismo de no haber podido avanzar. "Entre el incidente del primer entrenamiento libre (en el que se accidentó en la decimoquinta curva) y el problema con la dirección en el segundo, no dimos todas las vueltas que nos hubiera gustado", afirmaba el monegasco