El año de Carlos Sainz va a estar marcado de principio a fin por una decisión, no suya, si no de Ferrari, que en lugar apostar por el madrileño decidieron que en 2025 el segundo asiento rojo iba a ser para Lewis Hamilton, en un movimiento que hizo temblar a todo el paddock y en el que el gran damnificado era el español. Sin embargo, Sainz se lo tomó con filosofía y demostró que desde el primer Gran Premio quería estar arriba y acabar por delante de su compañero Charles Leclerc, algo que consiguió en Bahrein gracias a una carrera espectacular, pero que no pudo repetir en Jeddah, porque una inoportuna apendicitis le impidió disputar la carrera. Ahora, tan solo dos semanas después de ser intervenido, llega a Melbourne, donde espera correr, pero pese a que se siente bien, necesita la aprobación médica de la FIA.
"Me siento preparado", declaró el ferrarista en una de las ruedas de prensa previas a un Gran Premio para el que ha hecho "todo lo posible" por recuperarse. "No os podéis imaginar el esfuerzo y la logística que he hecho para llegar en forma a esta carrera", por eso mismo está "muy feliz con el progreso" que ha hecho y ahora quiere refrendarlo en el momento en qué se suba al monoplaza, ya de que como se sienta en ese momento dependerán sus opciones de seguir participando en todo el evento. Aunque tiene claro que no va a estar al "100%" porque ha estado 10 días en cama, que son "diez días sin entrenar y sin ir al simulador para prepararme para un fin de semana normal". Pero si que se ve "en condiciones" de correr y sin ningún dolor ni síntoma grave, por lo que espera incluso estar arriba. "Todavía puedo hacer un buen fin de semana con el objetivo de desafiar a los Red Bull".
Pese a que él se encuentre bien y con posibilidades de hacer lo mismo que un fin de semana normal, aún tiene que pasar la prueba de esfuerzo de la FIA, que incluye el salir del coche en menos de 10 segundos, pero aún así está tranquilo. "Sólo con verme moverme y los ejercicios que estoy haciendo en el gimnasio, eso me dice que estoy en condiciones de subirme al coche mañana e intentarlo" Aunque no deja de ser precavido porque si mañana no se ve con capacidad de hacerlo o se siente mal, dará marcha atrás. "Si mañana no me siento bien, seré el primero en levantar la mano y decir que necesito otras dos semanas hasta la próxima carrera". Por lo pronto, el viernes tiene otro control con la FIA, ya la organización está monitorizando su progreso, aunque el más se conoce es él mismo. "Yo soy el primero que no quiere sentir dolor, ni sufrir, ni empeorar las cosas, entonces no soy estúpido y seré muy claro con cómo me siento".